Trabajo
16/03/2020 | 15:41 | La misma historia de siempre: el Estado va dando licencias a cada vez más empleados. Aparentemente, los trabajadores privados son los únicos con anticuerpos.
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Lo dijo un oyente de la radio esta mañana: en Argentina los trabajadores privados parecen ser los únicos con anticuerpos. Los gobiernos municipales, provinciales y el nacional van liberando a los empleados estatales de tener que ir a trabajar. Y algo parecido empieza a suceder con servicios muy regulados por el Estado, como el transporte.
Pero para los empleados el sector privado la cosa es muy distinta. Y para quienes trabajan por su cuenta, ni hablar.
Para exponer con crudeza la situación, vale considerar a los mayores de 60 años. El gobierno nacional acaba de darles licencia laboral a todos.
Supongamos el caso de un inspector de espectáculos de una municipalidad. Ningún drama. No a trabajar, pero sigue cobrando su sueldo.
En cambio, los empleados de una empresa dedicada a la organización de espectáculos están en problemas. Su empleador tiene que darles la licencia y pagarles su sueldo, pero con el agravante de que su actividad está muy restringida por el propio Estado ante la crisis sanitaria. Y, pese a eso, el empleador tiene que seguir pagando los impuestos con los que el municipio en cuestión paga el sueldo del empleado estatal, el inspector, que está en su casa con licencia.
Peor aún es para el artista, que por lo general es un autónomo o es en sí mismo una pequeña empresa con algún empleado. Si el artista te toma la licencia, se la tiene que pagar a sí mismo. Si no se la toma, tal vez no pueda actuar, o deba hacerlo con menos público. Entonces, tiene que comerse su ahorro, igual que la empresa organizadora de espectáculos.
Y aún peor es el caso de las personas que viven en la informalidad y venden choripanes, gorritos o lo que sea a la salida de los espectáculos que ya no se pueden hacer. En general, ese segmento ni siquiera tiene ahorros que comerse.
Acá va a haber que afinar el lápiz. Porque, si no, otra vez, como siempre, por H o por B, el hachazo vuelve a caer sobre los mismos de siempre: el sector privado.
A nosotros se nos ocurren varias ideas. Por ejemplo, que los empleados estatales que se vayan de licencia reduzcan sus salarios durante esos días, supongamos en un tercio. Lo mismo debería pasar con los empleados privados.
Y el monto que se ahorre en sueldos el Estado podría volcarlo a reducir impuestos a las empresas o a reforzar partidas sociales para quienes están en la informalidad.
Si no, en la Argentina, como siempre, va a haber coronita para algunos y coronavirus para todos los demás.