La quinta pata del gato
13/05/2021 | 12:08 | Alberto espera una reunión salvadora con la jefa del FMI. Los K no dejan de bombardearlo. La última: en lugar de subir tarifas, regalar aún más el gas en el interior bonaerense.
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Alberto Fernández está apretando todos los botones que puede para tratar de que Argentina no termine en default hasta con el Fondo Monetario Internacional, algo que sería un récord incluso para nosotros, los peores pagadores del mundo.
Apela incluso al Papa, que con la excusa de un seminario le habilitará mañana una foto y tal vez una reunión con Kristalina Georgieva, la directora del FMI. Fernández tiene que convencerla de que el FMI le renueve a nuestro país vencimientos por 4.500 millones de dólares sin exigir nada a cambio. Ni siquiera que Argentina diga qué piensa hacer con su política económica. Porque Cristina Fernández le ha prohibido a Alberto mencionar la palabra ajuste o austeridad. O sea que Alberto y su ministro de Economía, Martín Guzmán, la tienen bien difícil.
Pero, encima, sus supuestos socios kirchneristas y peronistas le exigen todos los días, en lugar de ahorrar, gastar cada vez más.
Ahora hay una nueva. El jefe de los diputados K, Máximo Kirchner, impulsa una ley para darle a ciudades del centro y sur bonaerense y a todo Mendoza la misma tarifa especial del gas que tiene la Patagonia. No importa la irracionalidad creciente. ¿Por qué Tandil necesita gas más barato y no Realicó? ¿Por qué la mendocina Rivadavia y no Villa Mercedes en San Luis? Es que eso no importa. La única razón es que con eso comprarán el voto de algunos diputados filoperonistas de esas zonas a favor de la ley pandemia.
Al mismo tiempo, el PJ bonaerense, todavía en manos de peronistas no K, para correr por izquierda al kirchnerismo, saca una declaración en la que dice que en Argentina “se acabaron los tarifazos”.
Dos más dos: a Guzmán no sólo le impiden subir las tarifas de energía para poder bajar un poco los subsidios, sino que le exigen gastar cada vez más, en forma cada vez más irracional.
Esta misma tarde los senadores que obedecen a Cristina piensan votar una resolución por la que le exigen a Guzmán no usar los dólares que el FMI enviará a todos los países -que para Argentina van a ser unos 4.350 millones de dólares- para que nuestro país cancele sus obligaciones con el FMI.
Apenas horas después de ese gesto malondón y en el fondo inútil (el gobierno usará en todo casos otro fajito de dólares que ingrese por la soja por ejemplo para pagarle al FMI) Fernández y Guzmán se reunirán con Georgieva para pedirle que nos perdone la vida. Van a necesitar más que suerte.