La quinta pata del gato
04/12/2020 | 13:13 | Histórico: condena final para Boudou por coimero. Con toda garantía, con jueces naturales, bajo un poderoso gobierno K. Basta de decir: "En este país los poderosos nunca van en cana".
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La quinta pata está siempre asociada a buscar denodadamente lo negativo. Pero lo cierto es que en Argentina casi siempre es más difícil encontrar lo positivo. Y yo creo que acaba de suceder en la Argentina algo enormemente positivo, un hito, una marca histórica, tan grande que, curiosamente, cuesta verla.
¿A qué me refiero? A la condena por corrupción a Amado Boudou que dejó firme la Corte Suprema. El máximo tribunal, al rechazar el último recurso del ex vicepresidente, confirmó que Boudou fue un coimero. Lo podemos decir así, sin temor a una represalia jurídica porque no es una opinión. Es una verdad jurídica que ya no tiene marcha atrás.
Esto parece simple. Pero es la primera vez que sucede en la historia democrática argentina con un cargo de esa magnitud. Hasta ahora el registro era pobrísimo: Carlos Menem fue condenado hace cuatro años por hechos sucedidos hace 27 pero la condena depende de un recurso que la Corte tiene en sus manos desde hace casi dos años. En septiembre la Corte ya había dejado ya firme el primer juicio por la tragedia de Once, pero los funcionarios condenados allí por fraude eran de mucho menor jerarquía. Así que la condena definitiva a Boudou es en sí misma un hito.
Pero, además, eso sucedió con el cumplimiento escrupuloso de todas las garantías constitucionales. En total 15 jueces intervinieron, en todas las instancias posibles, sin alteraciones de los tribunales naturales, sin arbitrariedades. Segundo hito.
Por último, la condena se produce mientras gobierna el partido de Boudou con casi la suma del poder pública: el Poder Ejecutivo, control total del Senado, fácil control de Diputados, casi todas las provincias, las cajas clientelísticas, el control ideológico de la enseñanza y las universidades… El kirchnerismo no pudo, no supo o no se animó a invadir la Justicia para salvar a Boudou. O tal vez no quiso. Bien por ellos. Muy bien por ellos. Es el tercer hito.
Ahora no importa casi más nada. Los que quieran organizar abrazos para reclamar la libertad de Boudou están en todo su derecho. Si quieren opinar que esto es una venganza porque Boudou estatizó las AFJP, que lo digan, todos somos libres de decir estupideces. Es más: si el presidente Alberto Fernández quiere ejercer su facultad constitucional de indulto para liberar a Boudou, puede hacerlo. La ley lo permite.
Lo importante no es que Boudou se pudra en la cárcel. Lo importante es que queda escrito en piedra que fue un coimero.
No vamos a poder decir más que en este país los poderosos nunca van presos. Es la clave. Y hay más señales en ese sentido: esta semana la Justicia convalidó la ley del arrepentido, con lo que quedaron firmes los testimonios de coimeros y extorsionadores en la causa cuadernos, donde están encausados decenas de poderosos exfuncionarios y empresarios.
Es la gran noticia de los últimos tiempos: la Justicia en Argentina funciona. En el caso Boudou funcionó la República. Funcionó la división de poderes. Felicitaciones para todos nosotros. Y dije todos.