Nuestra fábrica de pobres, la única que funciona a full

Nuevas leyes

Nuestra fábrica de pobres, la única que funciona a full

18/11/2020 | 14:25 | Hace 15 años impera la lógica de "sacarle a los que tienen para ayudar a los que no tienen". Si funcionara, deberíamos ser menos pobres. Pero no. Aún así la seguimos aplicando.

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Argentina necesita desesperadamente reducir el gasto público para dejar de ahogar a su economía privada. Ya no lo discute nadie. Hasta el ministro Martín Guzmán, puesto al frente de la economía por el presidente y la vicepresidenta, lo admite en los hechos. Por eso empezó a hablar de ajuste.

Sin embargo, la alianza de gobierno hace lo contrario. Ayer sacaron dos leyes que van exactamente en contra de toda racionalidad.

Por un lado, sancionaron el llamado “impuesto a los ricos”, un versito demagógico para expropiar sin ley a un grupo de personas que son culpables de haberse enriquecido -en blanco- después de trabajar, estudiar, crear, ahorrar, invertir, ganar y reinvertir y ya haber pagado los impuestos durante años. O sea: una paliza para la economía privada. Un saqueo a los que generan riqueza.

Por otro lado, se sacó la llamada “ley de los mil días” para ampliar a 9 meses el subsidio por embarazo que era por seis meses, además de dar un subsidio adicional a la maraña de subvenciones ya existentes para los niños de hasta 3 años de edad. O sea: seguimos cargando económicamente cada vez más a todos por las consecuencias de acciones particulares, individuales. Eso puede ser así en forma limitada. Pero es difícil que sea ilimitado, para cualquier cosa, en cualquier esfera. No hay forma de que alcance.

Todo se hace exigiendo que “los que tienen” cedan lo suyo a las víctimas de la vulnerabilidad. Así, el que se opone puede ser fácilmente condenado desde la lomita moral del progresismo.

Hay un pequeño problema: hace 15 años que nos manejamos con esa lógica hegemónica, hace 15 años que ese es el sentido común y que hacemos eso. Si funcionara, deberíamos ser todos ricos y las cosas deberían haber mejorado.

Pero resulta que no. En esos 15 años primero se perdió la mejora que hubo tras la crisis 2001, luego reapareció la inflación -que ya lleva 14 años de reinado- y desde hace 10 años estamos en esto que, cuando no es estancamiento, es recesión.

Fue en estos 15 años que se multiplicaron los subsidios y las palizas a la economía privada. Y nunca la pobreza ha sido tan alta. Es que con inflación, y sin una economía que genere empleo de verdad, la única fábrica que los legisladores argentinos saben mantener trabajando a full es la mismísima fábrica de vulnerabilidad que ellos dicen que quieren reducir. Legislan para los pobres, pero lo único que saben hacer es multiplicarlos. Ayer lo volvieron a demostrar.