Nuevo gobierno
16/12/2019 | 15:51 | Doble indemnización, subas impositivas provinciales y retenciones: calcadas de 2003, pero una realidad que nada que ver. El misterio del ajuste en las jubilaciones.
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Por alguna razón, la sociedad argentina parece creer que acá hay una crisis parecida a la de 2001. Y tal vez por eso, porque esperamos lo mismo, a muchas de las medidas que comenzó a implementar y anunciar Alberto Fernández las sacaron de la piecita del fondo donde se guardaban los restos de aquella. Pero eso es riesgoso. Porque tal vez las situaciones no sean iguales y no convenga hacer lo mismo.
Por ejemplo: la doble indemnización por despidos. Cuando Duhalde la impuso la Argentina ya tenía un desempleo de 20%y la hecatombe de 2001 había llevado el salario en blanco promedio a 250 dólares al mes. Muchas empresas ya no necesitaban despedir. Estaban por empezar a tomar. Porque con ese salario podían competir con importados o incluso exportar. Hoy el desempleo está a la mitad y el salario está en casi 750 dólares. Las empresas necesitan una flexibilidad que no requerían en 2001. Y se la acaban de quitar.
Otro ejemplo: provincias. Tras la hecatombe de 2001 las provincias comenzaron a recuperar lentamente su recaudación porque su gasto había sido licuado en la crisis. Ahora se les va a dar vía libre para que vuelvan a aumentar impuestos por encima de la inflación, cuando sus gastos, lejos de haberse licuado, son los más altos de la historia.
Otro caso: reponer niveles y modalidades de retenciones al campo más parecidas a las de aquellos años puede terminar de deprimir al único sector capaz de traer dólares, que no está en un boom como el que se inició en 2003 con precios mundiales al alza y una revolución tecnológica.
El punto más importante es el de las jubilaciones. Fernández prometió aumentar las mínimas en 20% apenas asumiera. Otra vez, parece 2002, cuando, seis meses después de la crisis, Duhalde pasó la mínima de 150 a 200 pesos. Pero, claro, lo hizo después de que la crisis hiciera trizas todos los haberes y licuara el gasto de la Anses. Acá hasta ahora eso no sucedió en la misma magnitud. Y, además, Duhalde tenía apenas dos millones de jubilados. Hoy, debido a las jubilaciones regaladas sin aporte, son 5,7 millones. Hay un problema extra: aumentar sólo las mínimas y no todas las jubilaciones hizo que Duhalde y Kirchner dejaran un regalito de 800 mil juicios, la mayoría de los cuales pagó Macri.
Fernández sabe muy bien que actuar como si estuviera en 2003 podría implicar una quiebra fiscal. Por eso quiere cambiar la fórmula de indexación de las jubilaciones. Se pensó que iba a aprovechar la volada de las leyes de emergencia para que fueran los legisladores los que le pusieran la firma a ese ajuste. Pero lo que habría es un permiso del Congreso para que Fernández lo haga por decreto en los próximos seis meses. Se ve que en el Congreso el kirchnerismo no quiere poner la cara. Y veremos si en los seis meses que se vienen Fernández tiene el poder suficiente para pegar ese guadañazo a las jubilaciones. Que es un ajuste que parece inevitable, porque estamos en 2020, no en 2003.