Un ajuste en nombre del hambre

Hay economistas, muy pocos, que saben mostrar lo que está a la vista de todos y, sin embargo, no es fácil de ver. Uno de ellos es Juan Carlos de Pablo. Que en una entrevista con el Cronista Comercial sintetizó su opinión sobre la ley de emergencia con superpoderes que el Congreso le entregó en bandeja a Alberto Fernández.

“Quieren cobrar no sé cuántas cosas más en nombre del hambre”, sostuvo De Pablo. Y tiene razón. Considera que el kirchnerismo magnifica el “hambre” para justificar un enorme ajuste. “Dos millones de hambrientos no hay en Argentina. Hay un abuso del lenguaje”, sostuvo. El economista remarcó que, mientras se congelará la movilidad jubilatoria, se hace una devaluación de hecho del 30% y se suben impuestos, no hay ningún ajuste en el Estado. “Me hubiera encantado saber que además van a rajar ñoquis y cerrar secretarías públicas al cohete, pero no veo nada de eso”, afirmó.

Como si lo hubiera escuchado, en su mensaje navideño el Presidente brindó anoche por una Argentina “sin hambre” y pidió hacer "algo épico entre todos, como terminar con el hambre”.

Mientras, se conocía una estimación de la consultora PxQ del ex número 2 de Axel Kicillof, Emanuel Álvarez Agis. El economista K estima que, según cómo se cambie la fórmula de la movilidad, el recorte de jubilaciones puede llegar a casi un punto del PBI y el impuesto al dólar y la suba de retenciones va a sacarles a los contribuyentes 1,2 puntos del PBI.

Es exactamente lo que dice De Pablo. En nombre de un hambre magnificado lo que se quiere hacer es un bruto ajuste. Tal cual.