Política esquina economía
30/08/2024 | 13:15
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
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Acero y aluminio para todos, gran noticia para muchos
El gobierno nacional acaba de tirar una bomba en el corazón de la industria proteccionista argentina: los afectados son muchos, pero tienen nombre y apellido. Una es Ternium, la mayor siderúrgica argentina, del grupo Techint; la otra es Aluar, el monopolio del aluminio, originada oscuramente en los años 70 de la mano del ministro de Perón, Juan Perón y la Fuerza Aérea.
Como contraparte, los beneficiarios serán miles. Cinco mil empresas argentinas dedicadas a producir autos, maquinaria agrícola, lavarropas, heladeras, viviendas, departamentos, rutas, puentes, hospitales, muebles y tantas otras cosas que, hasta ahora, eran casi clientes cautivos.
Todos tenían que terminar comprándole a esas oligopólicas industrias básicas no sólo por los altos aranceles que tuvo siempre la Argentina para importar sino por la maraña de regulaciones burocráticas que tenían que afrontar si querían importar, conocidas como barreras parancelarias. Por ejemplo, podías importar chapas si pagabas un arancel de 35%. Pero después había que meterte en un infierno burocrático para probar la calidad del acero, demostrar condiciones de seguridad, tramitar excepciones, permisos ambientales e incluso viajar dos veces al año a verificar la planta de origen. El resultado es que para la mayoría de las empresas resultaba imposible importar.
Por ejemplo: si vos importás aluminio para producir un bien que luego exportás, no pagás el arancel (importación temporaria, existe en cualquier lugar del mundo), pero acá tenés que hacer unos trámites océanicos en un registro obsoleto y lento en cada operación. La idea es que ahora tengas un cupo que se renueve de manera casi automática.
Eso es lo que anunció formalmente el gobierno, aunque aún no están las nuevas normas publicadas en el Boletín Oficial.
El ministro de la Producción de Córdoba, Pedro Dellarossa, dice que estos cambios son cruciales para una provincia como Córdoba o Santa Fe. Porque va a abaratar los costos de automotrices, autopartistas, fabricantes de línea blanca, de maquinaria agrícola y toda la industria de la construcción.
Por ejemplo, Fiat está a punto de anunciar que volverá a fabricar un motor en su planta de Córdoba, incluyendo sus tapas de aluminio. Poder importar ese aluminio es clave en la ecuación.
Así que muchos están a esta hora festejando. Con todo, es una movida para mirar con cuidado. La enemiga jurada del acero y el aluminio en Estados Unidos, Europa y todo América latina es China. China fabrica el 56% del acero del mundo, más que los nueve países mayores productores que le siguen, todos juntos. Sus empresas no quiebran porque el Estado chino las socorre. Inundan el mundo con sus productos a precios de dumping. Son predadores. En Chile acaba de anunciar su cierre la siderúrgica Huachipato, la única en su país. Y ahora, con la economía china en crisis, la cosa empeora. Europa, Estados Unidos, Brasil, México, todos elevaron sus aranceles contra china. Sólo en países de América latina rigen desde 2021 43 acciones antidumping contra China.
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