¡Billete de $5.000 ya!

No es novedad que la inflación, además de empobrecernos, nos complica la vida cada día un poco más. Todos los días hay una nueva. Ayer, el Banco Galicia, por ejemplo, les avisó a sus clientes que, en el caso de las empresas, les empezará a cobrar una comisión del 5% por hacer depósitos en billetes de 100 y 200 pesos. En concreto, cuando más del 15% de un depósito sea en esos billetes chicos, sobre la cantidad que exceda ese porcentaje, cobrará la comisión.

No es el único banco en hacerlo. Es una estrategia defensiva de los bancos, que están tapados en billetes, con enorme sobrecostos para manejar una cordillera de papel. Tienen que llenar cajeros a cada rato porque con billetes tan chicos los clientes los vacían en segundos. A veces no tienen lugar en sus cofres para guardar los fajos. Todo se parece cada vez más a Alemania 1930. O a la Argentina 1989.

El anuncio enojó a algunos clientes. Porque en parte es absurdo. Se supone que los bancos compiten por captar depósitos; es más: se suponen que para ciertos depósitos le pagan al cliente por recibir el dinero. ¿Cómo es que te van a castigar por llevarles dinero?

¿Qué sigue? Que para fin de año los súper nos tomen a 95 pesos el billete de 100 porque a ellos también los complica tanto papel y para trasladarnos el costo del banco?

Bueno: son las cosas de un país inflacionario, nada es lo que debería ser. Nada funciona.

Lo alucinante es que el Banco Central siga sin largar el billete de 5.000 pesos. Hace más de dos años que el Central ya planeó la salida del billete. Ya entonces era imperioso. Pero eso se frenó. Extraoficialmente se dijo que Cristina ordenó congelar la idea. La ex presidenta se niega a admitir la inflación. Por eso en sus ocho años de presidencia se negó a imprimir ningún billete de mayor denominación.

Es un capricho. Increíble e inadmisible. Si son unos inútiles que no saben gobernar sin emitir dinero sin respaldo, al menos no nos condenen a renegar como idiotas acarreando kilos de papel y pagando cada vez más costos. Basta de caprichitos. Dejen de ser tan sádicos y larguen ya el billete de 5.000 pesos. ¿Qué más van a esperar para hacerlo?