El cepo no da para más

No sólo la inflación pone a la economía contra las cuerdas. El cepo al dólar también. Las dificultades para acceder a las divisas -en un mundo global en el que ya no se puede producir nada sin importar insumos, piezas, tecnología- traban cada vez más a cada vez más actividades.

Por ejemplo, Fate, la mayor fabricante de neumáticos del país, les avisó a sus clientes, por carta, que preveía complicaciones para venderles gomas de autos y maquinarias porque le no podía acceder a dólares para importar insumos.

Dicen que el CEO de Fate y Aluar, Javier Madanes, un pez del proteccionismo industrial, lo que hizo fue curarse en salud. El 31 de octubre vence la última circular del Banco Central que cerró al extremo el cepo. Y como las cosas han empeorado, todo el mundo espera que el 1 de noviembre las restricciones sean aún peores. Entonces Madanes mandó la nota como una forma de presión. El miércoles fue uno de los empresarios que se reunió con el Presidente. Y el jueves Fate aclaró que sus problemas se habían malinterpretado. Todo indica que aparecieron los dólares.

El tema es que la excepción a una empresa no se puede generalizar. Si no, desaparece el cepo. No se puede auxiliar a DHM, una empresa de Bell Ville que arma y vende tractores y provee sus repuestos, y que deja de vender porque no puede garantizar el pago a sus proveedores internacionales.

No se puede auxiliar a Renault, que deja de vender su modelo más barato porque sencillamente no lo puede importar desde Brasil, aunque tampoco puede cubrir de todo el hueco con un auto local, porque para producirlo también necesita importar partes.

No se puede auxiliar a millones de empresas y usuarios que están entrando en la obsolescencia informática. Hoy, nuestro colega Diego Dávila contó que, según la Cámara Argentina de Multimedia, los 29 millones de computadoras, notebooks y servidores que hay en el país tienen una antigüedad promedio de 6 años, una de las más altas en América latina.

Los años pasan. Desde 2011, cuando comenzaron las restricciones, hubo menos de tres años sin cepo -2016 a septiembre de 2019-. Y ya no da para más.