Política esquina economía
21/04/2020 | 06:15 | En EE.UU. te pagan para que compres petróleo. Acá, la Anses pagará salarios privados. La nueva Secretaría de Olvido y Perdón (de la corrupción).
Adrián Simioni
Sobre las costas del Golfo de México, el gobierno de Estados Unidos tiene cuatro sitios con cuatro profundas cavernas. Allí tiene su reserva estratégica de petróleo. El máximo que puede alojar son 727 millones de barriles. En Cushing, una ciudad de Oklahoma que fue una gran zona productora y que es hoy el mayor nodo de oleoductos de todo el país, está la mayor capacidad de reserva privada de crudo, por casi 100 millones de barriles. Todos esos depósitos están llenos. No hay más dónde poner petróleo, luego de que Arabia Saudita, los países de la Opep, Rusia y Estados Unidos produjeran un récord histórico de petróleo y gas, cuyo consumo se frenó en seco por la pandemia.
El resultado es que ayer, por primera vez, sucedió lo impensado: dueños de petróleo tuvieron que pagar -en lugar de cobrar- para poder venderlo. Habían comprado a futuro y, llegado el término, debían recibir el crudo que habían adquirido. Pero, claro, no tenían dónde depositarlo.
Es el sueño hecho realidad de quienes pronostican el famoso fin del capitalismo. La muerte por sobreproducción que contradice el océano de personas que están quedando sin trabajo y en la miseria en todo el mundo. El suicidio de la opulencia. El mundo patas para arriba. Revolución.
De científicos a alquimistas
Pero esa no fue, ayer, la única señal de que el mundo se invirtió.
Basta mirar la Argentina: la Anses, que desde hace décadas viene cobrándole a a las empresas y sus empleados los altísimos impuestos al trabajo que han destruido el mercado laboral, este mes va a pagar buena parte de todos los salarios… ¡privados!
Eso sí que nunca se vio. De pronto, magia: sin llevar nada a la góndola, todos vamos a poder retirar bienes de la góndola.
¿Cuánto tiempo más habrá bienes para todos en esos estantes si el experimento se continúa? El gobierno de científicos parece haber sido sustituido por sus ancestros, los alquimistas, que soñaban encontrar la piedra filosofal que permitiría convertir cualquier cosa en oro. En este caso, papel.
Los portentos de la jornada histórica de ayer no son sólo económicos.
Secretaría de Olvido y Perdón
En la política doméstica, miren sino lo que pasa con un secretario de Derechos Humanos. Horacio Pietragalla es hijo de padres desaparecidos, un nieto recuperado. Pero ayer puso la Secretaría de Derechos Humanos al servicio de la impunidad de los corruptos. Insólito que se siga llamando así.
Se trata del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Pietragalla pidió que se le permita cumplir su prisión en casa y no en la cárcel. Jaime está condenado por administración fraudulenta y estrago culposo causante de la muerte de 52 personas en la tragedia de Once. Además confesó haber recibido dádivas de funcionarios a los que debía controlar en la compra de material ferroviario. Los médicos legistas negaron que sea un enfermo terminal o que el coronavirus sea para él una amenaza. Y la frutilla del postre fue que robó pruebas en un allanamiento en una causa por enriquecimiento ilícito en su contra.
¿Qué argumento puede haber encontrado Pietragalla? Dijo que, si se le sigue negando su pedido para cumplir la pena en prisión domiciliaria invocando el coronavirus y su estado de salud, la Argentina puede quedar a tiro de quejas de organismos internacionales de derechos humanos. Pero, entonces, como mínimo, la mitad de la población carcelaria debería irse a su casa.
¿Tanto es lo que calla Jaime que tienen que hacer estas cosas?
Cómo será el escándalo que hasta el propio ¿jefe? de Pietragalla, el presidente de la Nación, mandó a sus ministros a decir que la decisión de su secretario fue inconsulta.