Política esquina Economía
16/05/2023 | 13:35
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
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La opinión de Adrián Simioni. (Ilustración: Juan Pérez Gaudio/Cadena 3)
Hace un año y medio, el grupo australiano Fortescue dijo que analizaba producir hidrógeno verde en Argentina. El gobierno de Alberto Fernández salió a cabecear: que era la inversión más grande de la historia, que Argentina tomaba la punta tecnológica de la energía, que se iban a crear... 65 mil empleos. El relacionista público de Fortescue era el rugbier Agustín Pichot, que hablaba de una inversión de 8.400 millones de dólares.
Para los que no saben: si uno quiere tener energías limpias eólica o solar tiene que tener donde guardar esa energía. Si no, a la electricidad que se genera así hay que consumirla de inmediato o bien dejar que se pierda. En lugar de perderla uno la puede acumular en baterías de litio, por ejemplo, para usarla después. Otra alternativa es usar la electricidad que estás por perder en separar el hidrógeno del agua, algo que insume mucha energía, y guardar el hidrógeno en tanques como los del GNC. Tiene más prestaciones, da más autonomía que una batería de litio. Por eso es tan importante.
Alberto Fernández le prometió entonces a Fortescue una ley marco, disponibilidad de dólares, eximición de impuestos y estabilidad fiscal por 30 años.
Un año y medio después, no hay nada.
Fortescue frenó la inversión. Amenaza con Brasil, en Fortaleza: ley marco, puerto, infraestructura. Ya están poniendo 3.600 millones de dólares.
Pero, en realidad, no es sólo que Alberto sea un inútil.
Es que en sus condiciones actuales Argentina jamás podrá hacer esto. Su energía será de pobres. Por más que declamemos y firmemos todos los acuerdos de París que nos pongan adelante.
Primero, porque es imposible invertir. Este mes se cumplen tres años de que las empresas cuyos dueños residen en el exterior no pueden girar dividendos. Por el cepo. No hay dólares. Imaginate quién va a poner un dólar acá si tres años después todavía no puede hacerse con sus ganancias. Las empresas ya deben 10 mil millones de dólares por insumos que importaron y que no pueden pagar porque el gobierno no les da los dólares para hacerlo. Imaginen quién va a venir a traer molinos eólicos si después no va a poder conseguir los dólares para pagarlos. Argentina es un país africano de la década del 80. Y la energía que tendrá es esa: sucia.
Segundo, Argentina, lejos de subsidiar las energías limpias y encarecer con impuestos las energías sucias, como hacen todos los países racionales del mundo, subsidia el uso de combustibles fósiles, como es el gas natural. Acostumbró a su población a quemar gas gratis. Ni siquiera pagamos el precio pleno del gas que consumimos en casa el que se usa para generar la electricidad que usamos en casa. Por ejemplo, en marzo no pagamos el 54% de lo que costó en realidad generar la luz que usamos. Y con la inflación las tarifas se atrasan cada vez más, así que pagamos cada vez menos.
O sea que nos gastamos la plata del Estado en subsidiar la emisión de más carbono al aire, no para subsidiar que emitamos menos. Y por eso no tenemos ni tendremos hidrógeno verde. Porque el hidrógeno verde es para las sociedades que se toman estos temas en serio y no en joda.
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