Política esquina economía
07/08/2018 | 06:37 |
Los que no hacen negocios con el Estado se entusiasman: va a reducir la incertidumbre política y reducir costos asociados a la corrupción. Otros son escépticos.
Adrián Simioni
¿Qué impacto económico tienen los escándalos de corrupción? En agosto de 1992, a los siete meses de que estallara el proceso “mani pulite” en Italia, las calificadoras internacionales bajaron la nota de la deuda italiana, lo que llevó a la devaluación de la lira (aún no existía el euro) y profundizó la crisis de la economía. Al principio de 2015 pasó algo parecido en Brasil. Las agencias degradaron los bonos brasileños aludiendo a la mayor “incertidumbre política”.
En Brasil hubo 600 mil despidos sólo en las empresas ligadas directamente al escándalo. Para muchos brasileños es sentido común que el escándalo iniciado en marzo de 2014 y la consecuente crisis que se llevó puesta a Dilma Rousseff está en la base de la crisis económica de la que aún no sale Brasil.
Sin embargo, la relación entre corrupción, política y economía, dista de ser lineal. Ayer, en el ciclo de coyuntura de la Bolsa de Comercio de Córdoba, su presidente, Manuel Tagle, consideró el destape de los “cuadernos de las coimas” como “un hecho muy auspicioso para la salud de la República, que ojalá se concrete y no quede dando vueltas, para que de una vez no haya más impunidad”.
Regulados y desregulados
Tagle expresa seguramente una posición de empresas que, en general, no tienen tanto roce ni negocios directos con los distintos niveles del Estado, como sucede, por ejemplo, con las cámaras de la construcción que tienden a representar al “club de la obra pública” o a empresas vinculadas a la energía, al transporte y a los servicios públicos, muy atadas a lo que resuelven los poderes ejecutivos de la Nación, las provincias y los municipios.
En ese club, la cosa se ve distinta. “Inquietud y expectativa”, sintetiza un empresario de la construcción de Córdoba, que admite que lo que va revelando la investigación periodística de Diego Cabot y su equipo y lo que expresan los arrepentidos “no sorprende nada” porque resulta muy plausible en el gremio. El empresario lamenta que todos los constructores queden “embarrados”, asegura que en el mercado cordobés no sucede lo que está quedando expuesto a nivel nacional.
¿Cómo podría ser el impacto económico? Por ejemplo: hasta hace dos semanas, los encuestadores marcaban un leve pero hasta entonces inédito repunte en la imagen de Cristina Fernández. Ella había acertado en quedarse callada. Y el gobierno de Mauricio Macri venía errando con el manejo de la crisis económica que derivó en la actual estanflación aunque con un principio de estabilidad cambiaria.
Para los empresarios un Macri en baja obligado a pactar con el PJ un ajuste fiscal políticamente costoso y una recuperación de Cristina suponía (y supone) un enorme signo de interrogación de cara a 2019. Para muchos, la sola visión de un retorno K implicaba (e implica) una lápida sobre cualquier decisión de inversión. Eso supone prolongar el panorama recesivo. Algunos creen que si esta investigación prospera, la expresidenta perderá buena parte de su poder político. Y que un peronismo no K pero culposo tendrá menos margen para oponerse a todo.
El bolsillo y el honor
Un fino lector de estas realidades, que además ha tenido experiencia en estas negociaciones políticas y fiscales, asegura: “Que los K retrocedan varios casilleros baja en algo los temores. Pero no me parece que ese sea el principal problema: al lío de la economía lo armó Cambiemos solito. En cuanto al peronismo republicano, creo que va a apoyar el presupuesto pero por otros motivos”.
El constructor consultado para esta nota es un tanto escéptico. “Si la economía va seguir a los tumbos, no creo que cambie mucho nada; los argentinos votan con el bolsillo”, sintetiza.
Otro empresario, ligado al sector automotriz, al contrario, opina que “esto puede ayudar a cambiar el humor” porque en el empresariado, sostiene, “hay un consenso de que lo que sucedió no puede volver a ocurrir”.
Para este hombre de negocios, si el proceso de “los cuadernos de las coimas” no se frena, a mediano plazo va a mejorar la imagen del país, la transparencia interna y, en definitiva, ayudará a bajar costos de financiamiento por la vía de una mayor confianza. “No te olvides que leyes como la de la responsabilidad penal empresaria se sancionaron porque es una de las cosas que hay que tener para ingresar al club de los países ricos de la Ocde. Es el mundo civilizado el que reclama terminar la corrupción”, sostiene.
“Es muy posible que al principio alguna o varias de estas empresas afectadas sufra las consecuencias e incluso desaparezcan, pero va a ser mayor el efecto positivo”, sostiene.
En el rubro alimentario, otro industrial coincide: “Es muy positivo que se sepa quién es quién, pero para eso hay que ir a fondo; esto es el inicio de algo que ojalá sea lo que todos nos imaginamos”, sostiene. Y apunta a la responsabilidad de las cámaras empresarias. “¿Cómo puede ser que en tantos años la Cámara Argentina de la Construcción se callara así la boca?”, cuestiona.
El punto reúne muchos consensos. Todos los consultados sostienen la necesidad de salvaguardar la figura general del empresario de quienes puedan ser enlodados con sospechas concretas o condenados por juicios ejemplares en casos de corrupción.