Gremios de Santa Fe, Córdoba y otras provincias van al paro en apoyo a Kicillof

En el país de las extravagancias, siempre hay espacio para una más. Este lunes 24 de febrero, cientos de miles de chicos iniciarán el ciclo lectivo perdiendo el primer día de clases. 

Los sindicatos provinciales, como UEPC en Córdoba o Amsafe en Santa Fe, enfrentan una difícil tarea al intentar justificar esta huelga. Sin embargo, la razón principal detrás de esta movilización se centra en un objetivo claro: defender y realzar la imagen del gobernador Axel Kicillof.

CTERA, una confederación que agrupa a la mayoría de los sindicatos docentes, convocó un paro nacional que coincide con el inicio de clases en 12 provincias. 

Mientras otros gremios, alineados con la CGT, planeaban un paro para el miércoles 5 de marzo, la CTERA decidió actuar de manera diferente. ¿Por qué? Porque la única provincia grande que no comienza las clases este lunes es Buenos Aires, donde Kicillof podrá presentarse como el único gobernador que inicia el ciclo lectivo sin contratiempos.

Los sindicatos de otras provincias que se suman a este paro se convierten, sin querer, en cómplices de esta estrategia. La UEPC y AMSAFE, entre otros, dejarán a sus alumnos sin clases, todo para favorecer la imagen de un gobernador de otro distrito. Esta huelga no solo resulta injustificable por el impacto en los estudiantes, sino que también se basa en argumentos cuestionables.

La CTERA justificó su paro alegando que la Nación no convocó a la paritaria nacional, donde se define el salario mínimo docente. Sin embargo, este argumento se torna ridículo, dado que los salarios son responsabilidad de las provincias, no de la Nación. 

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

En este momento, las provincias están buscando acuerdos salariales y la idea de una paritaria nacional tiene sus raíces en una mala decisión de Néstor Kirchner. Cuando asumió, tras el ajuste de 2001-2002, decidió establecer un salario mínimo docente para todo el país, lo que generó un sistema desigual en el que algunas provincias se dedicaron a aumentar el número de docentes mal remunerados, confiando en que la Nación cubriría la diferencia.

Este sistema penalizó a los gobernadores que realmente invierten en educación, como los de Santa Fe, Córdoba y Mendoza. En Córdoba, por ejemplo, el salario mínimo ya supera el monto que los sindicatos buscan en esta paritaria. 

Según el sindicato de Unión de Docentes Argentinos (UDA), el salario mínimo en Córdoba es de 755 mil pesos, mientras que la Confederación Educativa Argentina, sostiene que debería ser de 715 mil pesos. Esto significa que, en realidad, Córdoba ya paga más del mínimo que se reclama.

La situación se complica aún más, ya que el Gobierno nacional finalmente convocó a la paritaria nacional, aunque no hay un plazo establecido para ello. A pesar de esto, el paro sigue en pie. 

Muchos sindicatos, como la UEPC en Córdoba, planeaban evaluar las ofertas de su provincia precisamente el lunes, pero ahora no podrán hacerlo debido a la huelga. De este modo, gremios como UEPC y Amsafe decidirán privar a los estudiantes de un día de clases antes de analizar las propuestas que les hacen sus propios gobiernos, todo para reclamar una paritaria que no les afecta directamente y que, de hecho, ha perjudicado a sus distritos.

La educación no puede ser utilizada como un instrumento político para beneficiar a ciertos gobernantes. La huelga, en este caso, no solo afecta a los chicos que se quedan sin clases, sino que también perpetúa un ciclo de desigualdad y clientelismo que perjudica a la educación en su conjunto.

Los sindicatos tendrían que reconsiderar sus estrategias y que prioricen el bienestar de los estudiantes por encima de intereses políticos. La educación debe ser un derecho garantizado, no un campo de batalla para disputas entre gremios y gobiernos. La única manera de avanzar es a través del diálogo y la búsqueda de soluciones que beneficien a todos, especialmente a aquellos que dependen de un sistema educativo justo y equitativo.

La educación no puede verse comprometida por luchas de poder.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/