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Infierno de precios: coherencia, por favor

12/12/2023 | 14:14

   

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Infierno de precios: coherencia, por favor

Hay una enorme equivocación por estas horas. Nos obliga prácticamente a intervenir. Medios y periodistas están diciendo que la principal razón de la estampida de precios en la que estamos es que se terminaron los controles tipo Precios Justos.

Eso es equivocado. De hecho, los mismos periodistas decían hasta anteayer que los controles de precios eran una porquería que no servían para nada. ¿Cómo es? ¿Precios Justos no mantiene bajo los precios cuando rige pero cuando eliminan Precios Justos los precios se disparan? No tiene sentido.

De hecho, los controles murieron el mismo día en que Sergio Massa perdió las elecciones, porque Precios Justos terminó el martes siguiente y porque el gobierno quedó sin ningún poder para imponer nada de nada.

Miren lo que pasa con la carne. El cuadril en Córdoba aumentó 41% en los últimos 12 días, como toda la carne. Pero la carne no estaba bajo Precios Justos. Es más, acá rigió otro límite: la prohibición de exportar los siete famosos “cortes populares”. Y eso todavía no se puede exportar, al menos hasta el 31 de diciembre. Sin embargo, los precios vuelan.

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También hay fideicomisos que financiaban los productores agropecuarios con una retención adicional disfrazadas para subsidiar el aceite o la harina. Y esos fideicomisos siguen vigentes. No sirven ahora para frenar la estampida porque nunca sirvieron para otra cosa que para regalarles negocios a empresas amigas. Por ejemplo, el Fondo Estabilizador del Trigo, para subsidiar la harina, fue direccionado para beneficiar al Grupo Cañuelas, que en dos años recibió casi 34 mil millones de pesos para vender harina barata, el 60% del total. La enorme mayoría de los molinos quedaron afuera. Así que sólo una mínima fracción de la harina estaba –y todavía está- subsidiada. Toda la harina que consumimos aumenta no porque vaya a perder un subsidio, sencillamente porque no lo recibe.

Hay intervenciones que el gobierno hacía y ya no hace. Por ejemplo, las petroleras privadas ya no están obligadas de hecho a seguir los precios que impone YPF, que por otro lado también dejó de congelar la nafta y el gasoil. Pero resulta que los combustibles no está entre lo que más aumenta en estas horas, aunque ya no hay control sobre ellos.

Otra forma de verlo, más obvia: está aumentando todo, no sólo lo que estaba bajo supuestos controles de precios.

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La razón por la que todo aumenta es porque hay una incertidumbre extrema. En primer lugar hay una devaluación inminente que todo el mundo espera: todo lo que importamos y todo lo que exportamos se va encarecer en dólares. Y eso implica que hay expectativa de subas para la energía, para los insumos industriales, para los medicamentos y para la base proteica de muchísimos de los alimentos que consumimos.

Y en segundo lugar nadie sabe si Milei va a lograr frenar la máquina infernal de imprimir pesos que puso en marcha el kirchnerismo hace 18 años y que nos llevó a la puerta de la hiperinflación. Si Milei no puede parar eso, todo el mundo sabe que no importa cuántos miles de pesos reciba un almacenero a cambio de un paquete de fideos, en un mes no podrá recomprarlo en el mayorista con esa misma cantidad de pesos.

Es importante saberlo. No sea cosa de que a alguien se le ocurra, otra vez, que es mejor volver a controlar precios que frenar la emisión enloquecida de dinero para frenar esta catástrofe.

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