Política esquina Economía
29/07/2024 | 13:00
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
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Kicillof, un opositor soñado para Milei
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se transformó en el opositor soñado de Javier Milei. Si la oposición K consagra a Kicillof como su cara visible, sería lo mejor que podría pasarle a Milei. Al menos hasta hoy. ¿Por qué?
Un factor es la torpeza de Kicillof. El caso del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (Rigi) es gran ejemplo. Kicillof se opuso de entrada con palabras grandilocuentes: el Rigi era entreguista, iba a destruir la industria nacional y era una de las plagas de Egipto. Kicillof obedeció a Cristina y sus legisladores votaron en contra. Y ahora retrocede en chancletas porque teme quedarse sin la inversión de la planta para licuar el gas de Vaca Muerta en Bahía Blanca. Primero dijo que él le iba a dar más beneficios aún. O sea: más entrega que Milei. Encima, es imposible porque las ventajas que puede dar la Nación son incomparables. Y hay cosas (seguridad jurídica, tribunales internacionales) que una provincia sencillamente no puede hacer. Por eso ya mandó a su mano derecha, el ministro de Gobierno, a dejar expuesto su cinismo: no hace falta que la Provincia adhiera al Rigi, como le exige YPF, porque total los beneficios rigen igual en todo el país, dijeron. No sabe cómo salir del enredo en el que se metió, que puede privar a la Provincia de la mayor inversión de su historia.
No sólo torpeza. Kicillof está administrando bien el ajuste. En el primer semestre, consiguió superávit primario. Gastó menos de lo que le entró. Incluso si luego se considera lo que pagó de intereses de deuda, redujo muchísimo el déficit. Casi en equilibrio, pese a que Milei, para poder conseguir su propio superávit, le cortó los chorros de plata que Alberto Fernández le regalaba a Kicillof. ¿Cómo lo logró? Con una brutal poda de gastos. El gasto total subió 204%, contra una inflación de 271% en el mismo lapso. Gasta un quinto menos de lo que venía gastando. Ajuste brutal. Pisa salarios y, pese a que le recrimina a Milei haber frenar obras, él mismo podó el gasto en capital a menos de la mitad. Manual libertario. No hay más plata. Gracias a Kicillof a Milei no se le incendie financieramente la provincia más grande del país.
Lo que nos lleva a otro factor: Kicillof no puede generar una hecatombe en el conurbano, que es donde más impacta el hachazo de subsidios de Milei. No puede desestabilizar el corazón del kirchnerismo para desestabilizar a Milei porque si no se incendiaría él mismo. El kirchnerismo está atrapado en esa pinza, al menos por ahora. No puede tirar baldazos de nafta donde él mismo está parado.
Último factor: el ideológico. Kicillof no logra escribir una nueva canción, un nuevo manual económico. Puede criticar, pero ¿cuál es la receta que ofrece? ¿volver a la emisión que crecía cuando era ministro y al Indec que mentía la inflación? ¿volver al cepo que se cerraba cada vez más cuando él obedecía a Cristina?
Kicillof pide de rodillas una inversión que se haría gracias a un plan de Milei que antes rechazó, hace el ajuste, mantiene en orden Buenos Aires y no tiene relato alternativo, ¿qué mejor opositor podría desear Milei? Ninguno. No hay uno mejor.
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