Política esquina economía
18/09/2024 | 13:45
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
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La Argentina posible que nos está esperando
Vengo de Elena, un pueblo que está entre Córdoba y Río Cuarto, uno de los muchos lugares que vamos visitando con mi amigo y compañero Fernando Genesir para el ciclo de La Argentina posible. Y viste lo que nos pasa a nosotros los pueblerinos cuando vamos a un pueblo: nos agarra una cosa, una mezcla de orgullo, reencuentro con algo muy personal y, muchas veces, de esperanza. Yo, al menos, sospecho que allí está la carta de reconstrucción de este país.
Mirá el caso de Elena. Una miniatura de 3.500 habitantes, 4.000 ponele con la colonia, como se les llama a los descendientes de los colonos que todavía viven en los campos. Elena encima está sobre la ruta 36, que es donde se dan el primer beso la Argentina montañosa y la Argentina chata de la pampa, la Córdoba jesuítica y la capitalista, la originaria y la de los inmigrantes. Capaz que sea uno de los caminos más bonitos de Córdoba. Y eso les da a toda esa línea de pueblos una diversidad que no hay en otras partes. Porque por supuesto predomina el agro, pero en casi todos hay también actividad minera o forestal, porque se explotan minerales y plantaciones de pinares de las sierras.
Para los que miramos siempre la economía nos salta a la vista el pleno empleo, la vitalidad empresaria. En Elena está La Elenense, que lleva 4 generaciones produciendo mosaicos, marmolería, premoldeados y revestimiento. Cuando vayas al nuevo paseo del bajo en Buenos Aires, muchos de los mosaicos que vas a pisar son de La Elenense. En Elena está Aserradero del Sur, que primero plantó pinos durante 20 años y ahora lleva 20 plantando e industrializando madera, aglomerados y biocombustibles. En Elena está Minera Sofía, que produce fertilizantes, insumos para la construcción, piedras decorativas y productos para nutrición animal. Sólo esas tres empresas tienen más de 150 empleos de calidad, laburantes que todos los días hacen cosas para los demás. Es cerca del 10% de toda la población activa de un pueblo de 3.500 habitantes. Y está la Cooperativa Agrícola-Ganadera, y la Cooperativa de servicios públicos y las agroindustrias y, cosa que a los bichos urbanos nos cuesta entender, los campos que se han transformado en empresas, como la de los Busilli, expertos que llevan tres generaciones innovando sin parar para que Argentina tenga cada vez más granos para exportar y conseguir dólares. Toda gente orgullosa de lo que han hecho y hacen en la austeridad generosa de estos pueblos.
Es un pleno empleo que importa brazos y cada vez más cabezas de otros lados. Y que además paga impuestos, en lugar de consumirlos como pasa con los puestos burocráticos inertes de las ciudades donde engorda el Estado.
Pero no es sólo el pleno empleo. Es la seguridad, son las escuelas públicas de calidad que no vas a encontrar en los barrios pauperizados de las ciudades, es el tiempo que no vas a perder esperando en la parada del 60 y rogando que no te asalten. Es que en Elena no vas a sufrir jamás el dolor de ver a alguien durmiendo en la calle. Es la Argentina que se abre, que está esperando que demos vuelta este país, que dejemos de saquearla, de quitarle el capital que podría multiplicar la riqueza y el progreso en Elena para seguir multiplicando la pobreza en los cordones suburbanos. Claro, yo romantizo, porque vengo de un pueblo. Y no soy quien para dar consejos. Pero igual sugiero: si estás esperando el 40 y no tenés claro para dónde te va a llevar, si estás pensando qué hacer con tu vida y tu familia, no te olvides de evaluar los Elena de este país entre las opciones. Capaz que te pinta. Y capaz que ahí te están esperando para dar vuelta todo esto. Andá a saber.
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