La ilusión salarial

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La ilusión salarial

06/12/2022 | 14:59 |   

Adrián Simioni

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El sindicato que reúne a Pasteleros, Pizzeros, Heladeros y otros oficios del rubro acaba de cerrar sus paritarias. Y consiguieron una cifra que llama la atención: el salario básico, es decir, para empezar a hablar, va a superar los 205 mil pesos. 

Eso no incluye la antigüedad, la categoría o adicionales. Dicho así, a muchos les puede sonar una cifra alta.

Según el Indec, la canasta básica total para un hogar compuesto por dos adultos y dos chicos fue de 62 mil pesos. O sea que sólo el sueldo básico de este rubro superaría las tres canastas.

Suponiendo que los dos adultos trabajaran en este rubro, sólo con sus sueldos básicos cubrirían lo básico de casi siete hogares como el suyo.

Sin embargo, quienes piensen eso lo más probable es que estén ante una ilusión monetaria, la fantasía momentánea que genera la inflación. Los asalariados sienten que le ganan a la inflación, los comerciantes creen que tienen márgenes enormes, los ahorristas sienten que obtienen fortunas por sus plazos fijos.

En general, la ilusión no dura mucho. Por empezar, porque tendemos a vender los lechones antes de que nazcan los chanchitos. 

El acuerdo de los pasteleros implica un aumento de 103% interanual, con subas parciales en noviembre, enero, febrero y marzo. Recién en marzo el básico llegará a los 205 mil pesos. Vamos a ver cuánta plata nos parece ese monto cuando estemos empezando las clases en el 2023.

La otra razón por la que estamos ante una ilusión es porque tendemos a no preguntarnos cómo se van a pagar esos aumentos. Lamentablemente, la respuesta es que las pizzerías van a tener que trasladar esos mayores costos al precio de las pizzas. No hay magia en esto. Y este fenómeno se generaliza. 

La UOM, de los metalúrgicos, acaba de conseguir un aumento incluso superior: 110% por ciento interanual. Los metalúrgicos tendrán que pagar más caras las pizzas y los pizzeros van a tener que pagar más caras las tuercas.

Después de la ilusión volveremos todos al punto de partida o, peor, habremos retrocedido un casillero sin darnos cuenta.