Política esquina economía
17/09/2024 | 14:09
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
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La Unión Cívica Furgón de cola contra la UCR del interior
La Unión Cívica Radical tiene más cismas históricos que gobiernos nacionales en sus 130 años de historia. Y estamos ante un cisma más. La Convención Nacional –dominada por el radicalismo porteño y bonaerense- acaba de desafiliar temporariamente a cuatro diputados radicales porque primero votaron a favor de la ley que aumentaba las jubilaciones obligando a emitir dinero y, luego de reunirse con el presidente Milei, votaron en contra, precisamente para no poner en riesgo el equilibrio fiscal, que es fundamental para terminar con la inflación. Otros dos quedaron en capilla porque también estuvieron con Milei y se ausentaron al votar.
Todos esos diputados son del interior del país: Mariano Campero, de Tucumán; Martín Arjol, de Misiones; Pablo Cervi, de Neuquén; Luis Picat, de Córdoba; Roxana Reyes, de Santa Cruz y Gerardo Cipollini, de Chaco. La decisión suspenderlos fue una bomba. El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, cuestionaron la purga stalinista decidida por la Convención Nacional. Lo mismo hizo el jefe de los diputados radicales, el cordobés Rodrigo De Loredo.
Hay una línea divisoria –también histórica- entre el radicalismo del interior (los rebeldes y sus defensores) y el radicalismo del puerto.
Y la división no sorprende. El radicalismo del interior, en general, tiene vocación de gobernar y a veces consigue manejar intendencias y provincias. En cambio, buena parte de los radicales del puerto, sobre todo los bonaerenses, hace rato que tienen una única vocación: ser furgones de cola del peronismo y del kirchnerismo. Los últimos que tomaron una decreto fueron De la Rúa en la Capital Federal, hace 25 años, y Alejandro Armendáriz, en 1987, en Buenos Aires, A los bonaerenses hace 37 años que el peronismo los coopta con un par de cargos en el grupo Bapro, con ñoquis en la Legislatura y otros organismos y con concesiones y contratos varios.
Hoy la convención está controlada por el exministro cristinista y creador de la resolución de retenciones 125 Martín Lousteau, empleados de los gerentes de fotocopiadoras la Franja Morada y el hermano de Facundo Manes, alguien que nunca ganó una elección ni siquiera de legislador. Son los mismos que jugaron para Massa en las últimas elecciones. La figura de Lousteau, por ejemplo, contrasta con la de Luis Picat, exintendente de Jesús María, hoy diputado, que supo dejar un delfín, y que, como empresario y gremialista del agro sabe vivir de otra cosa que no sea un sueldo público.
La doble vara de estos comisarios ideológicos es notoria. Nunca propusieron echar a los híperK Ricardito Alfonsín o Leopoldo Moreau. Y no les molestó que, hace apenas tres meses, Lousteau votara en contra de la ley bases, contra lo que votó el resto del bloque de senadores radicales y contra lo que habían pedido los cinco gobernadores radicales del país, que sí ganan elecciones. ¡Y lo hizo siendo nada menos que el presidente nacional de la UCR!
Es el problema de ser furgón de cola. De tanto no ver para dónde lo llevan, termina por no importarle hacia dónde va.
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