Las tres truchadas de Sergio Massa

Sergio Massa expuso ayer, en apenas segundos, tres acciones que lo descalifican.

Lo primero tiene que ver con el sobrenombre de "ventajita" que alguna vez le puso Macri. Dos veces en 10 días le mandó cartas al ministro Guzmán, que hizo convenientemente públicas, para demandarle que suba el mínimo de Ganancias. Massa necesita que todos crean que se sube gracias a él y le roba a Guzmán el único penal que podría patear el ministro. Fea la actitud.

Massa además intenta manipular, pero no le sale. Es demasiado básico. Escuchá su justificación sobre por qué hay que subir el mínimo de Ganancias.

Dice que es un sinsentido subirle el impuesto a los trabajadores que consiguen un aumento que sólo recupera la inflación. Es cierto. Pero el problema es que es justo para eso que el Estado genera inflación: para cobrar un impuesto no legislado. Lo mismo que dice Massa sobre Ganancias vale con el IVA, sin embargo Massa no pide lo mismo para el IVA, porque sería fiscalmente inviable. Massa pide por achicar la base de un impuesto acotado. Con eso le alcanza para el autobombo.

Lo otro que dice Massa es que el Estado tiene que hacer un esfuerzo para no desplumar a los empleados que pagan Ganancias. Y tiene razón. Ahora ¿en qué consistiría ese esfuerzo? ¿en imprimir dinero más rápido y en provocar más inflación?

El esfuerzo del Estado debería ser controlar un poquito el desmadre del gasto público, para dejar de fabricar inflación. Pero a eso no lo hace Massa. Un ejemplo: Aysa, la empresa del agua del Gran Buenos Aires, está a cargo de su esposa, Malena Galmarini. Hace de 2019 que los Massa no suben la tarifa de Aysa, porque allí, en el Amba, tiene sus votos Massa. Claro: así, Aysa no tiene con qué funcionar. En enero por ejemplo le venció una deuda de 33 millones de dólares a Aysa y Malena ¿qué hizo? ¿les subió la tarifa a los votantes de su marido? No. ¿Se peleó con los empleados? No. ¿Redujo el gasto en ñoquis, militantes y acomodados? No. Le fue a pedir la plata a Guzmán. Como le va a pedir plata este año para que le cubra -escuchá- más del 70% del gasto total de la empresa del matrimonio Massa.

Ese es el esfuerzo estatal que están dispuesto a hacer los Massa: pedirle plata a Guzmán. Para después retarlo en público por el efecto de la inflación sobre los salarios. Guzmán es el que corre. Massa sólo patea los penales.