Listo el pollo: pidamos protección y dólar alto

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Listo el pollo: pidamos protección y dólar alto

02/12/2024 | 14:08

  

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Listo el pollo: pidamos protección y dólar alto

La mayor productora de pollos de la Argentina, Granja Tres Arroyos, inició el jueves un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), un procedimiento que le permite ahorrar costos laborales a una empresa cuando no da más. Y hoy trasciende que busca dejar de pagar adicionales que equivalen al 20% de los salarios o recortar 700 empleos.

Por supuesto, la corporación industrial proteccionista ya propone poner el caso como una víctima de la apertura a las importaciones y el dólar bajo. Y desde la propia empresa han dejado trascender su preocupación por el dólar que no sube. Entonces Granja Tres Arroyos apunta a ponerse como caso testigo, testimonio de que la Argentina, con esta política, marcha hacia un “industricidio”.

¿Es realmente así? Es importante ver antes varios datos que el lobby proteccionista no te va a decir.

Primero, la propia empresa dice que su mayor problema está en la planta que era de Cresta Roja, que está en Ezeiza y que ya había entrado en crisis en 2015, en plena política industrialista Nac&Pop de Cristina. Tres Arroyos se hizo cargo entonces de esa planta que hoy vuelve a estar en problemas. Los dramas no están, al menos en igual medida, en todos los demás frigoríficos, criaderos y fábricas de balanceados desparramados por todo el país donde trabajan los 7.000 empleados de Tres Arroyos.

Segundo, Granja Tres Arroyos también opera en Uruguay, donde hace rato que hay un dólar barato (de hecho está semidolarizado) y mayor apertura a las importaciones. Y eso no le impide a Tres Arroyos no sólo ser el segundo mayor productor aviar de Uruguay sino el mayor… exportador.

Tercero, los productores de pollo en Argentina siempre olvidan que tienen una ventaja gigantesca que nadie más tiene en el mundo: por las retenciones acá compran la soja 33% más barata y el maíz 15% más barato que sus competidores en el resto del mundo. Sus pollos van al restaurante más barato del mundo. Nadie debería poder competir con ellos.

Cuarto. Las estadísticas muestran que, por ahora, el efecto dólar es limitado: entre enero y octubre, las exportaciones de pollos crecieron 20% en cantidad y 26% en plata. Y las importaciones cayeron 2% en cantidad y 38% en plata.

Quinto. La supuesta apertura económica es más que tímida. Por empezar porque nuestra economía está ya cerrada por pertenecer al Mercosur, donde hay que pagar aranceles altos para cualquier tercer país porque así lo impuso Brasil. Seguimos recontraprotegidos y por eso los autos cuestan el doble que en Chile.

O sea, recomendación: vamos a empezar a escuchar cada vez más noticias como estas. Y tenemos que aprender a echarles un chorro de soda. Es innegable que abrir la economía y dejar de tener un dólar inalcanzable es un desafío. Pero hay que poner el foco en otras cosas, como los impuestos brutales que ponen provincias y municipios que se niegan a achicar sus aparatos burocráticos electorales para sacarles el cuchillo de la panza a las empresas. Si no, vamos a seguir presos del “lobby proteccionista”, donde todos se consideran estratégicos y reclaman aranceles, trabas al comercio y mercado interno cautivo, que siempre son “hasta que el sector pueda desarrollarse”, pero que lleva 70 años sin alcanzar nunca la adultez y que nos quiere hacer creer que hasta el año pasado vivíamos en un mundo feliz donde sus empleados estaban en el paraíso. La solución no puede ser siempre la misma que nunca funcionó. No puede ser volvamos a la protección y al dólar alto y listo el pollo.

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