Política esquina economía
12/09/2024 | 14:35
Redacción Cadena 3
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Los “malditos” reintegros y la inflación
Les voy a contar dos casos concretos. Dos conocidos míos que son bastante obsesivos y llevan cuentas maniáticas de lo que gastan. A los dos les dio por aprovechar al máximo las promociones masivas que largaron las billeteras virtuales en los últimos dos meses que ahora compiten desesperadamente por su supervivencia. Es un laberinto de descuentos, días de vigencia y topes de reintegro que hay que tener en cuenta. Aprovecharlo demanda talento y dedicación. Por ejemplo, hacer las compras a nombre de distintos integrantes del hogar para acumular al máximo los topes de compra individual.
Mi amigo A gastó en el último mes en compras generales (supermercados, farmacias, tiendas de indumentaria y estaciones de servicio) 600 mil pesos. De esa cantidad le devolvieron 155 mil pesos por las promociones, más 15 mil por haberla hecho con el mismo banco en el que cobra su sueldo. 170 mil pesos en total. O sea que todos esos negocios facturaron 600 mil, pero él pagó 430 mil. Pagó un 28 por ciento menos de lo que dicen los precios de góndola. La inflación general en agosto fue 4,2%, pero en su bolsillo, respecto de lo que gastó en julio, hubo una deflación de alrededor de 22%. Aumentó su poder de compra respecto de julio si en julio –cuando estas promos recién largaban- hubiera comprado exactamente lo mismo.
Mi amigo B gastó 285 mil pesos sólo en el súper. Y le reintegraron 72.000. En realidad, gastó 213 mil, un 25% menos de lo que dice la góndola. La inflación de alimentos fue de 3,6% en agosto, así que considerando eso, mi amigo experimentó en su bolsillo una deflación de algo más del 21%. También aumentó su poder de compra.
El tema es que el Indec no mide lo que gastamos realmente, sino los precios que están en la góndola. Es como la maldición que descubrió el ministro Luis Caputo hace unos meses cuando se quejó de que los supermercados le daban rosca al 2x1 y a las ofertas del día sin que eso pudiera registrarlo, por razones metodológicas, el Indec.
¿Quiere decir esto que en agosto hubo deflación en lugar de inflación? No, de ninguna manera. Para decirlo habría que saber varias cosas. Primero, cuánta gente usa estos reintegros y con qué intensidad. Y ese es un dato guardado bajo siete llaves por las billeteras virtuales. Pero podemos dar un indicio. Los negocios que tienen estas promos un día a la semana dicen a ojo que ese día venden el triple que el promedio de los demás días de la semana. Es como si la semana tuvieran dos días más. O, lo que es parecido, como si el 22% de sus ventas fueran con descuentos. Si un comercio facturó en la semana 100 paquetes de fideos a un precio de góndola de 500 pesos, le entraron 50 mil pesos. Pero a 22 de esos paquetes sus clientes los pagaron no 500 pesos sino unos 375 pesos, por los reintegros. Lo que da 47.250 pesos, no 50 mil. El mes pasado, descontada la inflación de 3,6 de los alimentos que hubo en agosto sus clientes habían pagado 48.300 pesos y este mes pagaron 47.250. En el total que pagaron todos los clientes, incluyendo a los que usaron y a los que no usaron las promos, habría habido una “deflación”, pese a la suba de precios, del 2,2% en lugar de una inflación del 3,6. Cosa de mandinga, ¿no?.
La otra gran cuestión es si los súper bajarían los precios si las billeteras virtuales dejaran de matarse entre sí y de poner la diferencia. No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que, si no compensaran lo que hoy ponen las billeteras, venderían mucho menos. Y tendrían mayor presión por dejar de remarcar los cartelitos en las góndolas. Tal vez los bajarían. Y el Indec ahí sí registraría la baja. Es la “maldición” de los reintegros. El Indec es ciego y no los ve, aunque sean tan masivos que tienen un efecto macro.
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