Massa ya "vino" y gobierna hace rato para Cristina

Hoy Sergio Massa está en Córdoba y ayer domingo había afiches en algunos lugares de la ciudad. Me llamó la atención uno muy gigante con leyenda “Ahora viene Massa”. Jugaba con la idea de que viene a Córdoba y ahora viene a gobernar dando por hecho que ganará el ballotaje. Es impresionante: porque ya vino, en efecto está gobernando. Pero Massa intenta negar eso, como si tuviera doble personalidad. Cristina nunca llegó a tanto: lo desconoció a Alberto Fernández. Pero Massa se desconoce a sí mismo. Es como si hubiera dos Massas: uno el que gobierna, que hace todos los desastres, y el otro el candidato, que dice que tiene los remedios contra todos los desastres.

Cuando alguien logra preguntarle sobre esto su argumento es que él sólo es el ministro de Economía, no el Presidente. Pero en el mismo momento en que dice eso posa en todos lados como presidente en funciones: va a actos del Incaa a hacerse agradecer por actores los subsidios de la Secretaría de Cultura. Y va a actos de fuerzas de seguridad en donde pasa revista posando como comandante en jefe, que es lo que es el Presidente.

En sus últimas apariciones ha incurrido en tantas falacias, mentiras y medias verdades que es difícil mantener el registro.

Por ejemplo, dijo que la inflación en Argentina subió por culpa de la sequía. Pero en Uruguay la sequía fue igual o peor que acá y la inflación es la menor en 20 años.

Dijo que el FMI va a investigar la presunta fuga de capitales que siguió a la firma del acuerdo entre el FMI y el gobierno de Macri. Lo que hay es un pedido de un diputado massista al Fondo para que haga eso. El Fondo ya trató el tema y lo cerró. Pero además el antecesor de Massa, Martín Guzmán, y el propio Massa firmaron dos acuerdos que implican en los hechos dar por bueno aquel acuerdo. Peor: Massa mismo utilizó dólares del FMI para intervenir en el mercado cambiario. Es decir, para financiar la fuga de dólares en los términos K.

También dijo Massa haciéndose el héroe que el gasoducto Néstor Kircher lo hizo él pese a que el FMI decía en el acuerdo de diciembre 2022 que había que frenarlo. Pero en el apartado sobre la política económica de ese acuerdo considera a la obra “esencial” y una “prioridad”.

Anoche volvió a meter miedo con el tema tarifas. Repitió que si se eliminan subsidios el pasaje de tren pasaría a costar 1.100 pesos. Pero él mismo firmó hace tres meses con el FMI el compromiso de eliminar ese y otros subsidios.

Para tratar de zafar del vergonzoso apriete K contra la Justicia, anoche dijo Massa que desconoce los planteos del juicio a la Corte Suprema porque no los leyó. Es el colmo de la hipocresía. El trámite para descabezar a la Corte se hace en la Cámara de Diputados, presidida por Cecilia Moreau, a quien Massa colocó ahí hace un año en lugar de él mismo. Y en la comisión que trata el tema hay dos diputados que han obedecido a pie juntillas la estrategia de acoso a los jueces que digita Cristina Fernández.

Y ahí viene la frutilla del postre. Juró que, si él es presidente, Cristina Fernández no se va a meter en su gobierno. Suerte con eso. Porque él mismo no pudo ser candidato hasta que Cristina le levantó el pulgar. Pero, además, la realidad lo contradice. Horas después de decir eso, el gobierno, a pedido de Massa, extendió el período de sesiones ordinarias del Congreso hasta el 9 de diciembre: y todo el mundo sabe que el único objetivo de eso es darle un mes más a Cristina y sus soldados para tratar de descabezar a la Corte Suprema.