Política esquina Economía
14/08/2023 | 15:21
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
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Milei, contra los dos pilares del populismo: lo que JxC no se animó a hacer
Javier Milei terminó de aclarar anoche que va en contra de los dos pilares más fundamentales del populismo progresista de la Argentina. Y que son la base hegemónica sobre la que se sustentan la persistencia de la inflación y de la inseguridad. Por eso lo votaron.
Dijo con todas las letras que “la justicia social es una aberración” y que con él se termina “la atrocidad de que donde hay una necesidad hay derecho”, que es una atrocidad porque ignora que a cada derecho alguien lo tiene que pagar. Es la base del distribucionismo populista, de la injerencia del Estado en las relaciones laborales y comerciales en un grado que no existe en ningún lugar del mundo. Es la base de la improductividad económica y del Estado deficitario y emitidor de pesos falsos. Es la base de la burocracia estatal de nación, provincias y municipios que parasita a la sociedad que todos los días sale buscar un mango. Son los fundamentos de la economía inflacionaria, atrasada, sin inversión, de privados que huyen por temor a la confiscación constante. Eso para la economía y es la base material sobre la que se reproduce lo que Milei llama con acierto la casta.
Al lado de Milei estaba su candidata a Vice, Victoria Villarruel, una abogada, hija de militares, la más clara opositora e impugnadora del relato progre sobre los derechos humanos hermanado al zaffaronismo garantista. La base de la corrección política que impide cambiar el enfoque para frenar la inseguridad. Porque llena de pruritos a la dirigencia política clásica.
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Nunca nadie se animó a cuestionar en Argentina con palabras y con hechos la justicia social y el derechohumanismo al servicio del poder. Mucho menos alguien que acaba de ganar las Paso y ahora es el candidato favorito a las elecciones generales. Más de 7 millones de argentinos le dieron su voto al tipo que escupe dos veces sobre la biblia del populismo argentino, aunque luego digan que el populista es Milei.
Esos 7 millones habían votado en gran medida por Juntos por el Cambio en sucesivas elecciones. Pero Juntos no lo terminó de entender. Buena parte de su dirigencia –las rémoras de la Coordinadora de la UCR, el larretismo convertido en una máquina de gasto público desenfrenado en la capital federal- fue incapaz de tomar a fondo y sin dudas esa agenda. Fueron capaces de frenar las avanzadas antirrepublicanas de Cristina Fernández. El vamos por todo. Pero a Juntos le faltó claridad sobre adónde ir. No escribió en piedras sobre los Andes “ningún impuesto más”. No les ordenó a sus gobernadores e intendentes “prohíban el ingreso de un solo empleado público más”. No salió a pintar sobre las cárceles “basta de celulares e internet” a los presos. No se animó a llevar a juicio a fiscales y jueces blandos con la delincuencia. No conocimos ni un solo caso.
No sabemos si quienes ayer votaron a Milei son concientes de todo esto; cuántos de ellos lo votaron simplemente por bronca. Pero si era por expresar bronca, los 7 millones de argentinos podrían haber elegido al Fit o a otra variante. Sin embargo, lo eligieron a Milei. Un Milei que, equivocado o no, ha mostrado claramente lo que piensa. Mucho más que Juntos por el Cambio.
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