Política esquina Economía
03/10/2024 | 14:08
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
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Popurrí de desregulaciones: autos, encargados de edificio y remedios
No sabemos bien cuántas de las microrreformas que va haciendo el gobierno de Milei van a prosperar: cuántas desregulaciones frenará un juez; cuántas corporaciones protegidas por resoluciones y decretos que nos cuestan billones lograrán que el Congreso vuelva a blindarlas; si vamos a percibir de inmediato los beneficios o mucho antes los afectados van a asustarnos con sus lamentos. Pero ahí están los cambios, que la mayoría de los gobiernos no quiso hacer y que otros no pudieron hacer.
Sólo hoy tenemos tres ejemplos. El diputado santafesino Alejandro Bongiovanni presentó un proyecto muy sencillo: dejar de obligar a los consorcios de departamentos a que empleen un encargado de edificio y hacer que eso sea optativo. Por supuesto el sindicato Suteryh ya rechazó la idea diciendo que Bongiovanni pretende pasar por encima del convenio. En realidad, no es así. La ley que protege a los encargados es de 1947 y no existe en ningún país razonable. Porque en ningún lado se obliga a nadie a tener un empleado, que es lo que fija esta ley para cualquier edificio con más de 6 departamentos. Es como si se obligara a una familia que atiende un almacén a tener sí o sí un empleado. Bongiovanni sólo lo hace optativo. Si un consorcio considera que necesita un empleado, entonces lo tomará y cumplirá el convenio. Listo. Claro: las fuerzas corporativas están siempre al acecho: en la legislatura porteña casi casi pasa un artículo perdido en una ley que volvía a obligar a los edificios de más de 12 departamentos a darles sí o sí uno de los departamentos al encargado.
Otro caso, más groso: el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, acaba de decir que en las próximas horas la Provincia de Mendoza recibirá el visto bueno del gobierno nacional para poder importar y comercializar medicamentos sin necesidad de un permiso de Anmat que la obligaría, hasta hoy, a una serie de trámites inútiles: por ejemplo, tener que ir a auditar a un fabricante de remedios al que le quiere comprar que ya tiene permisos y exporta a lugares como Estados Unidos o la Unión Europea. Esas exigencias funcionaban en los hechos como un modo de garantizarles a los laboratorios argentinos (de capital extranjero o no) un coto cerrado para vender el mismo remedio hasta 10 veces más caros que en el resto del mundo. Mendoza planteó que quiere importar directamente porque hace 12 años los remedios se llevaban el 25% de su presupuesto de salud y el año pasado se comieron el 40%. Teléfono para el resto de los gobernadores argentos que quieran ahorrarse unos mangos de los impuestos.
Último caso del día: el Ministerio de Justicia dispuso hoy en el Boletín Oficial que desde ahora las concesionarias de autos van a poder certificar por sí mismos las autopartes y que los autos usados no sean robados. No será más obligatorio ir a la Policía. Ahorro de tiempo y, tal vez, de dinero. En Buenos Aires verificar un auto cuesta 36 lucas. Los costos de transferencia ya habían bajado un 3% del valor del auto al limitarse aranceles de los registros del automotor. ¿Saldrá algún gobernador a invocar su autonomía para frenar ese cambio? Lo sabremos en los próximos capítulos de esta novela del país burocrático al que sencillamente nos habíamos resignado.
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