Si no podés ni hablar del dólar, siempre podés salir a cazar brujas

El dólar sigue su carrera al espacio exterior. Pero Sergio Massa sigue mudo. Y Alberto Fernández sueña con la pinta de Robert De Niro. Silencio. Cri-cri-cri.

Como no pueden hacer nada, entonces han salido a cazar brujas. De una forma vergonzosa. Sergio Chodos, el kirchnerista que representa a la Argentina en el FMI, dijo que tres economistas opositores le pidieron al Fondo en estos días que no renueve el acuerdo que la Argentina acaba de incumplir, una vez más. 

El muy cobarde de Chodos no los nombró con nombre y apellido para no comerse una denuncia penal, pero dio todas las señales para que los tres economistas puedan ser identificados y señalados por la turba K y linchados públicamente, como en la inquisición de la Edad Media, sin proceso, sin jueces, mancillados. Los tres economistas son Alfonso Prat Gay, Guido Sandleris y Hernán Lacunza. Los tres han desmentido la acusación.

Pero la caza de brujas está lanzada. Hasta Amado Boudou, un corrupto comprobado, se dio el lujo de condenarlos. El lunes, en una radio K consideró suficiente la acusación de Chodos. Su argumento es que Chodos, al que elogió, es funcionario público y está obligado a decir la verdad. Por lo tanto, lo que dijo tiene que ser cierto. Un razonamiento jurídico que asombra. Se ve que Boudou delinquió no por mala persona sino porque es incapaz de entender qué es un delito.

Primero, Chodos como funcionario está obligado a denunciar ante la Justicia con nombre y apellido si ve un delito. Si no, es Chodos el que está cometiendo un delito. Pero no dio los nombres.

Segundo: incluso si Prat Gay, Lacunza y Sandleris hubieran acudido al FMI, no estarían cometiendo ningún delito. Por empezar porque no son funcionarios. Y además porque están ejerciendo su libertad para opinar y actuar políticamente.

Tercero: Si Prat Gay, Lacunza y Sandleris son conspiradores y traidores a la Patria, ¿entonces qué esperan para denunciar a Alberto Fernández, que en 2019, después de ganar las Paso, se reunió con funcionarios del FMI y les sugirió que no le diera más fondos al gobierno de Macri. 

Pero, más aún: ¿qué hacemos con Cristina y Máximo, que hace un año hicieron el acting de rechazar el acuerdo con el Fondo y que esta semana siguen hablando en contra del pedido de rodillas que Massa le está haciendo hoy al FMI para que le siga desembolsando plata? Cristina y Máximo, a diferencia de Prat Gay, Lacunza y Sandleris, sí son funcionarios. Piénsenlo, camisas pardas, fachos de pacotilla, ya que les gusta tanto cazar brujas. Ahí tienen dos brujas.