Fiebre de viernes por la noche: el huevo o la gallina

Es complejo probar responsabilidad judicial de mandatarios políticos en un país donde acusaciones con indicios evidentes no logran avanzar o lo hacen de manera esporádica durante lustros.

Desde lo jurídico mi sensación es que el escándalo por la recomendación de un memecoin por parte del presidente Javier Milei quedará en la nada. Especialistas dan cuenta de la dificultad para comprobar un delito.

Que esa cuestión no quede aclarada rápidamente lo abona también la creación de “una comisión investigadora”, aspecto que remarca un detalle de la construcción partidaria -de la arquitectura política- de este “anarcocapitalismo”.

Pero desde la faz agonal de la política la fiebre del viernes por la noche, ocurrida en la pista de baile del boliche “X”, donde el Jefe de Estado es habitué, dejó un tembladeral:

-Los aduladores ya no podrán vivar a coro: “Olé, olé, oléeee…el Nobel, para Javier”.

-El Presidente ya no podrá pararse junto a un colega y por arriba del hombro decirle: “Qué hacés, econochanta”. Es cierto que frenó una hiper en la ciernes, logró superávit gemelos, la inflación se derrumbó y, por ende, bajó la pobreza. Pero ¿quién lo libra de Libra?

-Las espadas muskeras que se comieron la curva de la inversión de sus vidas saben que a cada posteo los feligreses de la iglesia de la vereda del frente tendrán argumento para detractar su purismo capitalista.

-Lilia Lemoine, que leyó el proyecto de ordenanza para cerrar calles en Villa Allende, parece que olvidó detenerse en la letra chica del emprendimiento coreano. Podrá gritar, pero hará menos ruido.

-Si son hábiles, los opositores aliados podrán darle plafón institucional a un gobierno que parce manejarse con altos grados de emocionalidad en sangre.

-Los opositores algo permeables al diálogo aprovecharán para recordarles los maltratos “¿Casta, yo? Si el que le abrió la puerta de un negocio de 107 palitos a tres billeteras fuiste vos?”, le endilgarán al Javo.

-Los detractores, opositores acérrimos, olvidarán que hacían uso de inside information años atrás (¿Quién recuerda la compra de US$ 2 millones por parte del presidente Kirchner en octubre de 2008?) y se mostrarán como recién salidos del río Jordán. No van a soltar el hueso que la cultura del blockchainismo trucho les regaló una noche de verano.

-Enunciadores ensobrados (que se hacen llamar “periodistas “y halagan ese oficio en sus redes cada 7 de junio) se vengarán. “¿Y vos no tenés sobre?”.

Evitar que la vara que mide la credibilidad de los representantes descienda es lo más urgente para un país donde un tercio de sus habitantes hace 40 años que no salen de la pobreza. O quizás esa situación socioeconómica ocurra por eso. El huevo o la gallina.