En la cuerda floja
19/12/2021 | 18:41 | Por Eugenia Pasquali.
María Eugenia Pasquali
Cuando quedan pocos días para la definición en el Concejo deliberante de Villa María para tratar un nuevo pedido de licencia del actual Secretario de Obras Públicas de la Nación, una acción judicial que involucra al esposo de la presidenta del Bloque de Unión por Córdoba Verónica Vivo puso en máxima tensión al cuerpo legislativo.
A instancias de la fiscal Juliana Companys, el jueves detuvieron a Jorge Barrera, acusado de presunto abuso sexual con acceso carnal, e investigado ahora también por posible defraudación al estado municipal. El hombre se encuentra incomunicado desde ese día.
En momentos en que Barrera era detenido, se llevaba adelante la penúltima sesión del Concejo Deliberante, donde una de las voces defensoras de mantener la licencia de Gill es su esposa, Verónica Vivo.
La difícil situación judicial y las implicancias familiares y políticas para Vivo influyen de manera directa en el tratamiento de la prorroga de licencia de Gill pero traen también otras consecuencias políticas.
Hay quienes ven en el accionar de la fiscal “una casualidad en los tiempos de ejecutar la detención”
Martín Gill ya dijo que si tiene que volver al Municipio lo hará con “compromiso y militancia” aunque desde el gobierno de Alberto Fernández prefieren que siga ocupando un lugar en el gabinete nacional.
En este entramado de la política local, provincial y nacional, también se observan los pasos que dará Nora Bedano, presidente del justicialismo villamariense de quien se desconoce aún su postura con respecto a la intendencia.
Quienes recorren los despachos oficiales nacionales indican que tanto Wado de Pedro, Juan Manzur y el propio ministro Katopodis harán lo que tengan a su alcance para sostener el cargo nacional de quien fuera también electo diputado nacional y no asumió su banca.
Para algunos intendentes cordobeses sería conveniente la permanencia de Gill en el Ministerio ya que muchas de las obras prometidas necesitan de su firma.
Lo cierto es que hasta el próximo jueves serán agitadas y ardientes las negociaciones políticas y las llamadas telefónicas sumando apoyos o contando votos en el concejo deliberante.
Hay una sola llamada que podría destrabar el conflicto: Alberto Fernández o Juan Manzur a Juan Schiaretti, aunque las relaciones han quedado tensas tras la negativa de los diputados cordobeses a aprobar el presupuesto.
No se descarta, que ante la convicción de que un nuevo pedido de licencia sea rechazado, sea el propio Gill quien decida volver al municipio sin someterse al escarnio de un rechazo.
“Si vuelve al municipio será un tsunami en la política local y provincial ya que Martín no se quedará quieto en el ex Palace Hotel, hoy sede comunal, sino que al segundo día saldrá a recorrer la provincia, y su plataforma de lanzamiento a gobernador será el mismísimo Festival de Peñas” afirma con convicción un colaborador de Gill.
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