Elecciones en Brasil
31/12/2018 | 17:58 |
El operativo de seguridad para el acto movilizará este martes a unos 3.500 hombres de las tres fuerzas armadas, policía federal y la de la capital brasileña.
Brasilia, la capital brasileña concebida en los años '50 como una ciudad del futuro, parece prepararse para una guerra, con alambres de púas rodeando los ministerios, misiles antiáereos y miles de policías para custodiar la asunción de Jair Bolsonaro, que el 1 de enero se convertirá en el 38° presidente de Brasil.
La capital brasileña fue diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer, fallecido en 2012 a quien sus compatriotas llamaban "el último comunista puro", el extremo contrario a las posiciones ultraderechistas de Bolsonaro.
El presidente electo de Brasil, ex capitán del Ejército brasileño, hizo del anticomunismo uno de los ejes de su campala.
Será la primera vez en la historia de Brasil que habrá un operativo de seguridad de semejante tamaño, inspirado en el que se montó para los Juegos Olímpicos Río 2016.
Para la investidura de Bolsonaro se movilizarán a unos 3.500 hombres de las tres fuerzas armadas, policía federal y la de Brasilia.
El operativo de prensa también será inédito, ya que no se podrá cubrir toda la ceremonia de asunción.
Los cronistas deberán elegir un sólo sitio de cobertura, entre el Congreso, el Palacio del Planalto, sede del Gobierno, o Itamaraty, como se llama al edificio que ocupa la Cancillería.
El presidente brasileño, Michel Temer, firmó el viernes un decreto que autoriza a la Fuerza Aérea a derribar aeronaves que entren sin autorización en el espacio aéreo de Brasilia durante el 1 de enero.
El paisaje contrasta con la expectativa de que la asunción sea una fiesta para la que el gobierno de Michel Temer espera entre 250.000 y 500.000 simpatizantes de "El Mito", como le dicen a Bolsonaro, diputado desde 1991 y ganador de las últimas elecciones presidenciales, en la que quebró el sistema tradicional de partidos vigente desde la Constitución Nacional de 1988.
Bolsonaro aumentó sus medidas de seguridad desde que el 6 de setiembre fue acuchillado en el estómago durante una caminata por Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, episodio que lo alejó de los debates de campaña, pero le dio un espaldarazo de popularidad hasta la victoria en las elecciones de octubre.
Brasilia aparece militarizada, ya que en torno a la Explanada de los Ministerios, cerrada desde el sábado, el Ejército colocó alambres de púa contra cualquier desborde de manifestantes, tanto a favor como en contra.
La única duda, por temor a otro atentado, es si Bolsonaro desfilará a bordo del Rolls Royce descapotable usado en todas las ceremonias de traspaso del mando presidencial.
A las 13, hora de Argentina, del 1 de enero, Bolsonaro saldrá de la Granja del Torto, residencia de campo presidencial usada durante la transición, hasta la catedral de Brasilia.
Desde allí comenzará el cortejo a las 13:50 hasta el Congreso Nacional, donde a las 14 se abrirá la ceremonia de jura ante la Asamblea Legislativa donde asumirá la presidencia y deberá hacer un pronunciamiento.
En el acto, no estarán los opositores Partido de los Trabajadores del ex presidente Luiz Inácio Lula da SIlva y los izquierdistas Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y Partido Comunista do Brasil (PCdoB), que argumentan que Bolsonaro hizo campaña reclamando la "destrucción" de esas fuerzas.
A las 15, se dispararán 21 cañonazos y Bolsonaro pasará revista a las tropas militares, para a las 15:15 trasladarse hacia el Palacio del Planalto, a 200 metros de distancia.
Bolsonaro subirá a rampa de mármol en el palacio de vidrio y concreto con las curvas famosas de Niemeyer y será recibido por Temer, que le pasará la banda presidencial.
En un espacio llamado "parlatorio", Bolsonaro deberá hacer un discurso ante la multitud.
A las 16:30 de Argentina, según el cronograma oficial, deberán asumir los ministros y a las 17:30 habrá una recepción a las autoridades extranjeras en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería.