"La paz no puede ser una utopía, sino un derecho de todos", subrayó Yeny.

Histórico acuerdo en Cuba

Yeny Ortega Benavides: "Yo soy una hija de la guerra"

24/06/2016 | 06:12 | La periodista de Cadena 3, oriunda de Colombia, celebró el cese definitivo del fuego en su país. “La lección más grande es que la paz no puede ser la imposición de un gobierno”, afirmó.

Audios

El Navegador no soporta HTML5 audio

Yeny Ortega Benavides: "Me toca fibras profundas; soy hija de la guerra" (Periodista)

La periodista de Cadena 3 de nacionalidad colombiana, Yeny Ortega Benavides, celebró el cese del fuego definitivo acordado este jueves en su país entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En diálogo con el programa Protagonistas, Ortega Benavides expresó: “Me ha tocado fibras muy profundas, porque soy una hija de la guerra. Nací hace 36 años en un país en conflicto y no conozco otro estado de mi patria”.

Al respecto, confesó: “Fui víctima directa del atentado en el club El Nogal, en Bogotá, que marcó la incursión en la ciudad de una guerrilla que, hasta ese momento, había sido exclusivamente rural. Quizás por eso celebro, tan gustosa, que todos los niños que nazcan a partir de ahora sean hijos de la paz”.

En esa línea, destacó los dichos del presidente de Cuba, Raúl Castro, el principal garante de este proceso de entendimiento, que expresó que “la paz no puede ser una utopía, sino un derecho de todos”.

Sobre la repercusión internacional del acuerdo, opinó: “El acontecimiento tiene la importancia política, social y simbólica del fin de cualquier guerra. Pero en Colombia lleva más de cinco décadas y se trata del conflicto armado más antiguo de América Latina, con lo cual la relevancia no sólo abarca al país, sino a todo el continente”.

“A nivel mundial, la lección más grande es lo que mencionaba Timochenko, líder de las Farc: que la paz no puede ser la imposición de un gobierno, sino un proceso que se construye con el conocimiento de qué llevo a esa desigualdad y al origen de ese conflicto”, agregó.

Sobre este aspecto, resaltó que la educación recibida en su país “tristemente siempre ha llevado a los protagonistas a ser buenos o malos”, en vez de prestar atención a las causas de los enfrentamientos.

“Por ahí, las escuelas no te enseñan que, mientras esa desigualdad se mantenga, el conflicto será inevitable. Siempre se llevó a la guerrilla al bando de los malos y al ejército, de los buenos”, continuó.

“Yo no quiero tomar partido por nada, porque considero que cualquier persona que atente contra una vida debe ser catalogada como un asesino. Pero sí me parece importante explicar cuál es el origen de la guerra, porque durante muchos años se trató de alcanzar la paz manteniendo ese germen de desigualdad vivo”, reflexionó.

Consultada sobre cómo era la vida en su infancia en Colombia en medio de los enfrentamientos armados, respondió: “Es curioso, porque una lo va internalizando hasta el punto de que se vuelve algo extremadamente natural. Nosotros, en el peor momento de la guerra, que fue principalmente rural, no podíamos viajar tranquilamente por las rutas”.

“Había lo que se llamaban ‘pescas milagrosas’, que eran secuestros que hacía la guerrilla y seleccionaban quiénes eran buenos candidatos para mantener cautivos y obligar a los gobiernos a mediar”, relató.

A pesar del largo conflicto, que dejó vacío el campo cercano a la ciudad de Pasto, de donde es oriunda Yeny Ortega Benavides, la población sobrevivió gracias a la abundante riqueza natural de su suelo.

Finalmente, confesó: “Eso me fue conmoviendo de chiquita: ‘¡Cuidado con eso! ¡Cuidado con lo otro!’. Y escuchar las noticias sobre la cantidad de muertes e ir naturalizando y decir: ‘¡Bueno, fueron 30 y no 100!’”.