Carolina Labayru y las multas a los cordobeses: "No fue la trampa perfecta"

La cronología de los hechos es la siguiente: hinchas de Talleres y Banfield llegaron al Parque Independencia para ver la semifinal de la Copa Argentina. Algunos cordobeses no encontraron lugar para estacionar y confiaron en la indicación de los trapitos. Dejaron el auto en lugares de estacionamiento prohibido y mientras alentaban a su victorioso Matador, grúas se llevaban sus vehículos e inspectores les labraban multas.

Pero eso no es todo: la indicación de los trapitos no solo fue mentirosa, sino que implicó el pago de 1500 a 2000 pesos para recibir el “servicio” de cuidacoche durante el partido.

Carolina Labayru, secretaria de Control y Convivencia, fue consultada en Radioinforme 3, por Cadena 3 Rosario, sobre lo sucedido, y aclaró: “No fue la trampa perfecta”.

“Todo el mundo sabe dónde se puede hacer un asado o no. Todos saben que en un espacio verde no se puede estacionar. Remitimos siete vehículos, y podríamos haber llevado más”, afirmó.

“Podemos hacer que no se estacione en un espacio verde. Ayer había hinchas, barras bravas, trapitos. La actividad no está regulada, pero nosotros ya venimos haciendo trabajos con la policía en distintos sectores de la ciudad. No había solamente trapitos. Empezamos sacando a la gente de los asados”, recordó.

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Y admitió: “Esto se desbordó. Sabemos lo que es un operativo de cancha…no es uno o dos trapitos, son grupos dirigidos. Hay que estar en el lugar, y nosotros estuvimos. Nuestros inspectores necesitan un resguardo físico”.

Labayru expresó que “lo que pasó fue lamentable” y analizó: “Nosotros en todos los operativos de cancha hacemos los cortes de tránsito. Nuestro personal nos alertó que estaban prendiendo fuego para asados en árboles, tomando. Fuimos y pedimos que lo apagaran. Esto habla de falta de educación y pérdida de valores. Nos dijeron que les tendrían que haber dado un camping”.

La funcionaria precisó que hicieron un total de 490 multas a infractores que estacionaron mal sus autos. Y reclamó apoyo policial para haber orientado el operativo de otra manera.

“Para determinadas intervenciones necesitamos más herramientas que un inspector que tiene un silbato. Necesitamos una actitud que acompañe al inspector. El pedido estuvo”, reclamó.

Finalmente, Labayru dijo que este suceso sirve para mejorar a futuro, pero remarcó: “Por qué hay que hacerle caso a un trapito. Eso está en la decisión de cada uno, querer pagar o no pagar”.

El día después

Tras las multas y las remisiones al corralón municipal, algunos infractores fueron a retirar sus vehículos.

“Se llevaron cinco, quedaron dos, uno por alcoholemia y el otro por mal estacionado. El de alcoholemia vino, lo pararon en Cafferata y Pellegrini”, precisó Gustavo Adano, trabajador del corralón municipal, en diálogo con el móvil de Cadena 3 Rosario, en Siempre Juntos.

“Nos llamaron por teléfono y vinimos de guardia. Alguna que otra vez pasó”, contó sobre la magnitud del operativo y antecedentes similares.