Olas de calor: cómo deben adaptarse las ciudades al cambio climático

María Victoria Boix, licenciada en Estudios Internacionales, es directora del programa de Ciudades de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) y destacó que “la acumulación copiosa de eventos extremos sólo confirma a las olas de calor como síntoma de un calentamiento global que tiene consecuencias cada vez más notorias en un presente cada vez más acuciante”.

En diálogo con Radioinforme 3 de Cadena 3 Rosario dijo que “el cambio climático está provocando estas situaciones extremas” y que “el calor genera muertes silenciosas”.

Al mismo tiempo advierte que “La Cruz Roja estima más de 400 mil muertes en estos eventos climáticos y entre ellos fundamentalmente por las olas de calor”, que como dijo: “En 1900 había una ola de calor por década y ahora estamos en tres y cada vez se harán más frecuente, algo así como una por año”.

En Argentina. “En lo que va de 2023 más de 30 ciudades argentinas tuvieron olas de calor”.

“Ciudades de la Patagonia, centro y norte de nuestro país, registraron temperaturas atípicamente altas durante más de tres días consecutivos, que superaron los umbrales de temperaturas mínimas y máximas locales establecidas por el Servicio Meteorológico Nacional”, enfatizó.

La idea de la institución es “generar un ciclo de diálogos entre especialistas y funcionarios a nivel local para atacar la problemática”, dijo María Victoria Boix.

Postulados para mitigar el cambio climático:

-“Hay que generar conciencia sobre este problema”.

 

-“Planificar herramientas para mitigar el calor, hay que revertir el efecto invernadero, con techos verdes, asfalto refractario, y medir la energética de los edificios”.

 

-“Desarrollar una calidad de vida en contextos de más calor, tener agua fría suficiente, espacios verdes, edificios verdes”.

 

-“Gestionar riesgos con sistemas de alertas tempranas, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) hace muy buenos trabajos en este sentido y además sumar sistemas energéticos y de salud preparados para todos estos eventos”.

La experta señala también mirar los fenómenos de los eventos que afectan a las ciudades costeras. “Hay que pensar en eso, por el incremento de las aguas de los océanos”, dijo.

Finalmente Boix hace hincapié en “los barrios populares que no tienen vegetación, hay un calor mucho más sofocante. Ahí tenemos otras situaciones que de por sí ya la población tiene alta vulnerabilidad social y sumado a la calidad de la vivienda o los accesos básicos hace del problema una situación de mayor complejidad. Hay que atender a esta vulnerabilidad y trabajarla”.