Crisis por el coronavirus
17/04/2020 | 08:53 | Jimena tiene comercios de ropa, 25 empleados y paga seis alquileres. Pudo hacer frente a los sueldos de marzo, pero no sabe qué pasará con abril. "Estoy sola y me siento devastada", expresó.
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Comercios cerrados en Córdoba (Foto: archivo)
Jimena tiene comercios de ropa en el centro cordobés, 25 empleados y paga seis alquileres. Desde que comenzó la cuarentena preventiva por el coronavirus, tiene sus negocios cerrados y no sabe qué pasará con su sustento y el de sus trabajadores porque las ayudas del gobierno no abarcan a su sector.
“Todos los días es angustiante recibir la llamada de los proveedores y decir por primera vez no puedo hacer una entrega, pagar una factura, decir a mis empleados que no sé cómo pagar abril, porque pagué todo marzo, pero abril no sé”, explicó a Cadena 3.
La situación de Jimena también es la de muchos pequeños comerciantes que tuvieron que cerrar sus puertas por el aislamiento y que todavía no saben cuándo podrán volver a reactivar sus ventas.
“Es muy difícil porque las medidas que tomó el gobierno a mi sector no le llegan. Lo único que me llegó es que las cargas sociales de marzo se pasaron para junio y no sé cómo afrontar el pago de alquileres que son carísimos. Llamé a las inmobiliarias el 10 de abril y me exigen el pago a gritos y con maltrato porque todo el mundo está desesperado por cobrar y estoy sola, me siento devastada”, manifestó.
Además, advirtió que el día uno después de la cuarenenta, cuando le toque abrir una persiana le será imposible mantener a todo el personal.
“Son 25 empleados y es muy difícil porque no soy una empresaria que no los conoce. Conozco a la que está embarazada, al que tiene un hijo discapacitado al que le despidieron el marido del trabajo, y cada uno representa un montón de cosas. Sinceramente para mí es un desastre no sé qué vamos a hacer”, planteó.
Frente a este escenario incierto, Jimena pide que les permitan reactivas la economía “un poquito” y tener la posibilidad de vender a través de WhatsApp o Facebook y que se tomen las prendas de vestir como productos de primera necesidad.
“Necesito que nos permitan las ventas con modalidades a reducción y puertas cerradas hay modalidades que se pueden hacer y que no nos ponen en riesgo”, propuso.
“Estamos en el limbo. No sabemos qué vamos a hacer, mis empleados son el capital más importante que me planteé en estos años y esto me quitó siete años de trabajo en un mes. No tenía espalda y no pensé que manteniendo las puertas cerradas de mi local me pudiera atrasar tanto. Es terrible para mí”, concluyó.
Entrevista de Miguel Clariá