Juan Diego Etchevehere: "Pasó una horda con total impunidad"

“Gracias a Dios ahora estamos adentro de nuestro establecimiento y campo”, indicó el hermano del ex ministro de Agricultura de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, en referencia al fallo de la Justicia que les permitió tomar posesión nuevamente de la Estancia Casa Nueva, que estuvo ocupada por 14 días por su hermana y militantes que responden a Juan Grabois.

No obstante, lamentó el estado en el que quedó la propiedad: “La encontramos sucia, revuelta, todo tirado y roto, como si pasara una horda de 130 personas sin ningún tipo de prejuicio y total impunidad”.

Hay cosas personales nuestras que han sido rotas, tiradas, revueltas, cosas de familiares de mi madre, de mi padre que han sido manoseadas. Pero ahora estamos enfocados con mi hermano y mi familia en poner en orden la actividad agropecuaria que se vio muy afectada

Juan Diego aseguró que su madre Leonor quedó muy afectada por el estado en el que encontraron el lugar y entre otros detalles dijo que había ropa de ellos tirada por el piso, toallas, libros que eran de su padre y estaban dedicados por autores, desparramados por todos lados.

Entró una horda de gente dispuesta a pisotear recuerdos y la historia de mi familia con total impunidad, y esa impunidad estaba asegurada por un poder político

En cuanto a este punto, el productor agropecuario insistió en que participaron de esta usurpación funcionarios del gobierno nacional y provincial, y apuntó contra el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet. “Fueron momentos difíciles, pero nosotros desde el principio dijimos que no era un conflicto de familia con Dolores; el componente era un flagrante de ocupación de la propiedad privada liderado por Grabois y Taboada”, enfatizó.

“No podrían haber llegado a esos términos si no hubiera estado la provincia liberada y apoyada por el poder político. Llegaron camionetas con alimentos, agua e insumos para abastecerlos y ¿quién financiaba eso?”, se interrogó Etchevehere.

Además, reveló que un productor le contó que la gente que usurpó la estancia pasó a cargar combustible y en el ticket de 900 pesos, pidió si se lo podían elevar a 1.500 para que “rindieran un poco más los viáticos”. “¿El viático de qué, quién financia esto, a quién rinden cuentas y le presentan el dinero?”, cuestionó.

Finalmente, señaló que este grupo de personas “no pudieron dar la estocada final porque del otro lado hubo productores con los derechos arraigados, que se solidarizaron, una prensa independiente que se mantuvo firme y una sociedad que miraba lo que estaba sucediendo”.

Entrevista de Miguel Clariá.