Las causas de todos, las causas de pocos

El hermano de Fernando Albareda, Ricardo Albareda, se ha constituido como querellante en el caso que investiga la muerte de su madre, Susana, durante el terrorismo de Estado. 

Según su abogado, Juan Pablo Bastos, Ricardo sostiene que el interés de Fernando detrás de la reparación histórica es de naturaleza económica. 

Fernando Albareda hace muchos años que viene recibiendo distintos beneficios por su militancia en hijos y su militancia en el organismo de derechos humanos.

Fernando, quien ha sido asesor del legislador Fresneda y actualmente dirige el Centro de Integración de Migrantes y Refugiados, se ha declarado inocente del crimen de su madre. 

Sin embargo, el fiscal Klinger cuenta con un cúmulo de pruebas que justifica la imputación, incluyendo videos que documentan las acciones de Albareda durante el horario en que fue asesinada su madre. 

Las acusaciones también se extienden a los ministerios de Seguridad y Desarrollo Humano de Córdoba, que han cruzado señalamientos sobre la responsabilidad en la decisión de otorgar una cifra millonaria en concepto de reparación. 

La situación ha generado un clima de desconfianza y frustración entre aquellos que consideran que se están destruyendo causas nobles y que la lucha por los derechos humanos se ha convertido en un negocio para unos pocos.

La manipulación de estas causas podría desvirtuar el legado de lucha y justicia que por décadas han defendido los organismos de derechos humanos.