Liberan al hombre que ayudó a morir a su mujer con ELA

La Policía española detuvo en Madrid a Ángel Hernández, de 70 años, –finalmente fue liberado– por suministrar una sustancia para ayudar a morir a su esposa María José Carrasco (61) quien padecía ELA, una enfermedad terminal.

El hombre se enfrenta a penas de entre dos y diez años de cárcel, según el Código Penal de España, que contempla una rebaja si hay petición expresa de la víctima y si ésta padece una enfermedad grave.

Carrasco vivía con la enfermedad desde hace 30 años y, en sucesivas situaciones, le había expresado a su marido que quería morir. En un video, filmado un día antes de su muerte y que el acusado mostró a la justicia, se escucha cómo la mujer le expresa al hombre que quiere terminar con su vida.

<!--

"Cuanto antes, mejor", responde la mujer cuando su marido le consulta si quiere morir ya. En esos minutos se puede ver cómo Hernández prepara el veneno y se lo suministra con un sorbete, ya que la mujer ni siquiera estaba en condiciones de deglutir. Estas imágenes fueron realizadas por Hernández para documentar el momento.

Una vez consumado el hecho fue el propio esposo quien llamó al servicio de emergencias y les explicó lo que había sucedido. Este caso no fue encuadrado como eutanasia, sino como suicidio asistido, una figura que también está penalizada en España.

Ante la detención, muchos ciudadanos salieron a repudiar el accionar de la Justicia. En España, 9 de cada 10 personas está a favor de la ley de eutanasia.

<!--

Un accionar controvertido

Ante esta situación, Cadena 3 dialogó con Nicolás Sarría, jefe área de Dolor y Medicina Paliativa del Instituto Oulton de Córdoba, quien marcó una diferencia sustancial entre el suicidio asistido -lo que Ángel Hernández ejerció sobre su esposa- y la eutanasia.

"El suicidio asistido está permitido en muchos más países que la eutanasia y tiene que ver con la acción de los médicos. No es que cualquier persona puede realizarlo, tiene que haber actuación médica. Se trata de proporcionar al paciente lo que haga falta para que él mismo pueda hacer su propia muerte. Es algo complicado porque genera interrogantes éticos y políticos", dijo.

Para el médico especialista, en estas situaciones hay que hacer hincapié en otros mecanismos como la medicina paliativa. "La idea es que este tipo de tratamiento se ocupe de la disminución del dolor y sufrimiento del paciente. Hay que ser respetuoso de la vida y de la muerte. Ningún médico tiene derecho a decir: hasta acá llegamos y practicar una eutanasia", expresó.

Según Sarría, como causa de la disminución de la tasa de natalidad y de mortalidad, estas situaciones son cada vez más frecuentes. "Cada vez hay más envejecimiento y enfermedades crónicas y estos hace que cada vez se necesiten más decisiones por parte de los médicos y de la familia. Sin embargo, hay que estudiar aspectos espirituales y psicológicos".

Entrevista Miguel Clariá-Informe Adrián Cragnolini.