Señalan que el Fiat Argo fugó porque policías le apuntaron

María José, mamá de Juan Cruz, el joven que conducía el Fiat Argo cuando Blas Correas fue asesinado por una bala policial, dialogó con Cadena 3 y dijo sentirse "absolutamente sola" en clara alusión a las autoridades políticas.

“A nuestros hijos quienes deben cuidarlos no lo hacen y son tratados como asesinos y delincuentes. Eso siento cuando él me relata las cosas. Fueron acribillados y rechazados”, sostuvo.

“Ellos salieron a dar un paseo, a un bar. Fueron a buscar uno de los chicos que faltaba y, en su regreso, fueron perseguidos por una moto que los violentó y les rompió un espejo. Ellos no tenían que escaparse de nadie porque son personas honestas", dijo.

"Después llegaron al lugar a donde fueron interceptados por la Policía que no era un puesto fijo, sino dos autos que estaban parados en el lugar. Juan Cruz intentó disminuir la marcha, cuando se vio apuntado por tres uniformados”, explicó la madre.

Según indicó, en ese momento, el joven decidió no frenar y, minutos después, Blas Correas le pidió que lo llevaran a un hospital porque lo había alcanzado una bala.

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“Hay filmaciones de ese momento, está todo en la causa. Tras verse apuntados, siguieron y a los metros, Blas le pidió: ‘Por favor, Juan llévame a la clínica porque me atravesó una bala’. A partir de allí, Juan Cruz y su novia lo llevaron en lo que yo digo a un Vía Crucis hasta la clínica. La falta de humanidad y la negligencia hace que sean rechazados. Les dijeron que eran cuestiones de la noche y que no podían atenderlos”, agregó.

La madre, además, indicó que "ese control" no era un puesto fijo y que en el lugar no había señales de detención, ni conos ni balizas.

“No había protocolo de detención, no había balizas, ni conos. Venían aturdidos con lo de la moto. Siguieron y se encontraron con estos móviles y con armas a la altura de sus cabezas. Hay una bala que no siguió su curso y quedó alojada en la cabecera de la butaca donde iba Juan Cruz”, detalló.

Tras eludir el control, Blas comunicó a sus amigos que estaba herido y ellos lo llevaron a la Clínica Aconcagua a donde fueron rechazados.

“Ellos le dijeron que Blas estaba herido y él (por el empleado de la Clínica Aconcagua) adujo que no vio sangre. Juan Cruz llevaba en sus brazos a Blas con su novia. Al ser rechazados, le pidieron que los ayudara a subirlo al auto. Fue una tragedia espantosa para sus cabezas. Tienen traumas que están tratándose”, expresó.

En el raid de toda esa noche, Juan Cruz y su novia siguen y se dirigen hacia el Hospital de Urgencias. En Chacabuco y Corrientes fueron detenidos por un retén policial que no les dejó seguir su camino.

“Juan Cruz y su novia les aclamaron y pidieron que los dejaran seguir porque estaban con su amigo herido de bala. No respondieron a eso. Ellos suplicaban que los dejaran seguir porque su único objetivo era salvarle la vida. Eso querían hacer y no pudieron lograrlo. Ahí no pudieron hacer más nada. No fueron muy bien tratados, hay testigos que lo dicen. Ellos estaban en un colapso mental. Es una situación espantosa. Llegué como madre sin saber nada porque me sonó el celular a las 0.40 y, a partir de allí, todo lo trágico que venimos viviendo”, comentó.

Entrevista de Miguel Clariá.