"La eficacia de las vacunas depende de la calidad del sueño"

Si bien es una realidad que durante los últimos 30 años las personas han reducido sus horas de sueño, las estadísticas reflejan que el confinamiento tuvo un impacto en ese déficit en casi el 50% de la población, según lo confirmó el especialista. 

En este sentido, explicó: “Biológicamente, una persona necesita entre siete y ocho horas de sueño. Pero hoy, un porcentaje muy alto, que supera el 50% de la población, duerme seis horas y media o incluso menos”.

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Y esto es importante de remarcar porque las horas de sueño son determinantes para la salud inmunológica de una persona. 

"La calidad de sueño, sobre todo de los días previos a la vacunación, es fundamental para el título de anticuerpos que se va a obtener", indicó al respecto. 

Para explicar cómo funciona nuestro organismo a la hora del sueño, Cardinali dijo que esas dos horas que no dormimos "se van acumulando como una deuda bancaria". 

"Yo puedo pagar la totalidad de la deuda con sólo el 30% del sueño que perdí. Con lo cual, las 10 horas de sueño se recuperan con tres horas el fin de semana", agregó. 

Y continuó: "Esa es la gran importancia del fin de semana sin despertador. El sueño tiene que fluir de una manera natural esos días, así se equilibra mas o menos esta realidad".

Además, aconsejó "no dormir tres horas de siesta". Según dijo, lo ideal es dormir veinte minutos: "Es más que suficiente para aumentar nuestra eficiencia en el trabajo". 

"Realmente uno siente insuficiencia, pero se despierta sin la pesadez del sueño cuando uno tiene después de dormir más de una hora", concluyó. 

Entrevista de Fernando Genesir.