River y más de lo mismo

En mi vasta experiencia en el periodismo deportivo, he sido testigo de la evolución y los altibajos de muchos equipos, pero lo que vemos hoy en River Plate es motivo de preocupación. El rendimiento futbolístico del equipo ha dejado mucho que desear. Es cierto que la defensa ha logrado mantener el arco en cero en varias ocasiones, recibiendo solamente tres goles en muchos partidos, y que el arquero Franco Armani ha sido figura en más de una oportunidad. Sin embargo, el ataque es otro cantar. River genera muy poco y eso se ha vuelto evidente en cada encuentro.

El campo de juego, lento y seco, se convierte en un aliado para los rivales que, con una estrategia de presión y marcas individuales, logran desdibujar el juego de River. Ante situaciones adversas, el equipo no parece contar con las herramientas necesarias para crear jugadas o generar llegadas. 

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En el comienzo del partido, hubo un destello de esperanza con un centro que terminó en un cabezazo de Mesa, bien atajado por Arce. Pero luego, el equipo se fue apagando, con intentos aislados de Acuña y Colidio que no lograron concretarse. La situación se volvió crítica cuando Colidio se lesionó, y los últimos cinco minutos se convirtieron en un intento desesperado por encontrar el gol. La más clara llegó en el descuento, con un remate mordido de Aliendo y otra oportunidad de Borja, que eludió al arquero pero no logró definir bien.

Armani, quien comparte un pasado exitoso con Borja en Atlético Nacional, menciona que "ya se les va a abrir el arco a Borja". Es cierto que los delanteros pasan por rachas, y aunque el año pasado Borja anotó 31 goles, hoy parece estar en un bache. La mentalidad juega un papel crucial en el fútbol, especialmente para un delantero, y es evidente que Borja atraviesa un momento complicado. Mientras tanto, Armani se encuentra en un nivel excepcional, al igual que Arce, lo que hace que la situación sea aún más frustrante para el ataque de River.

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El segundo tiempo comenzó con un par de situaciones que parecían arrinconar a Riestra, pero rápidamente River perdió el rumbo. La presión de Riestra se intensificó y River, en lugar de aprovechar su superioridad, cedió varios tiros libres peligrosos. La pelota parada es un aspecto que River no ha sabido aprovechar, y es un factor que podría marcar la diferencia en sus partidos. Los córners se ejecutan de manera predecible, sin variantes que puedan sorprender al rival. En contraste, Riestra se muestra más efectivo en este aspecto, con jugadas bien preparadas que ponen en aprietos a la defensa rival.

Al final, el resultado del partido se siente justo. Aunque River mostró un leve dominio, Riestra también tuvo sus oportunidades y la preocupación por el juego de River es palpable. Los jugadores, a menudo, evitan hablar de las decisiones arbitrales para no parecer quejumbrosos, pero hay que reconocer que Riestra llegó a Primera con una serie de decisiones favorables que han beneficiado su ascenso. Los árbitros parecen aplicar un reglamento diferente en estos encuentros, permitiendo que se cometan faltas que, en otras circunstancias, resultarían en tarjetas amarillas o expulsiones.