Salidas en Córdoba
20/09/2021 | 06:03 | Se trata de Casa Eliza, ubicada en Belgrano 867. Luciana Belén Mutio es arquitecta y decidió concretar lo que tanto había anhelado con su mamá. Tienen tortas caseras, café de especialidad y un patio acogedor.
Muchas veces escuchamos la frase "los sueños son para cumplirlos", pero pocas veces conocemos el esfuerzo que significa hacerle caso. Por suerte, todavía quedan historias para contar de personas que llegaron hasta las últimas consecuencias para lograrlo.
La historia de Casa Eliza es una de esas. Se trata de una casa de té que abrió, durante la pandemia, en una de las calles más conocidas y recorridas de barrio Güemes de la ciudad de Córdoba. Este pequeño espacio, ubicado en Belgrano 867, tiene una ventana de vidrio que invita a chusmear lo que pasa adentro.
Hay sillas y mesas blancas, hay tacitas de colores y teteras que parecen de colección. Hay una cafetera imponente, un mural con flores de colores y una escalera de metal que lleva a un segundo piso. También hay budines, tortas y cookies.
Al entrar, el olor a recién horneado activa cualquier recuerdo de abuela o mamá cocinera. La especialidad de la casa es la torta Chajá, con biscochuelo de vainilla, dulce de leche y merengues. Lo más parecido a una de las que se sirven en los cumpleaños.
Detrás de cada detalle está Luciana Belén Mutio, una joven arquitecta que decidió cambiar su profesión por el sueño que siempre tuvo junto a su mamá, Miriam Elizabeth Urroz: tener una casa de té a donde pudieran compartir algunas tradiciones familiares como las recetas de la abuela y el amor por los detalles.
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Cada taza que se sirve en Casa Eliza es diferente: todas fueron intervenidas por Luciana. Cada plato también: los fue comprando en ferias o a familias conocidas que querían deshacerse de vajilla heredada.
La historia de Casa Eliza es eso: un salvavidas a las costumbres familiares y los sueños compartidos.
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Una carta dinámica
Un detalle que hace única a Casa Eliza es que las sugerencias son bienvenidas: cada vez que alguien pide algo nuevo, Luciana lo anota, lo conversa con su equipo y lo lleva a la carta.
Muchos clientes llegan y le sugieren: ''¿No tenés este sándwich apto para vegetarianos?'' y ella le busca la vuelta para incorporar esas opciones a la carta. Tal es el caso de las French Toast, una de las estrellas de la casa, que también se sirven para celíacos.
La idea que ella defiende, tal y como defendió el sueño que tenía con su mamá, es que todas las personas se sientan como en casa.
Una experiencia reconfortante
En Casa Eliza se pueden elegir diferentes blends de té o diferentes combinaciones de café. También budines, tortas o las French Toast, que son una especie de panqueques esponjosos con frutas de estación, crema y dulce para untar. Se sirven calentitas.
Se puede elegir para comer ahí, en algunas de sus mesas de adentro o en un patiecito estilo colonial con mesitas y sillas de metal. También se puede pedir para llevar y disfrutar en casa.
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