La noche en la que se destapó el horror en el Neonatal

El escándalo por los bebés muertos en el Neonatal recién comienza. A esta altura, nadie duda de que se está ante uno de los casos de mayor impacto en mucho tiempo en Córdoba, más luego de que el propio ministro de Salud, Diego Cardozo, terminara por reconocer que hay al menos cinco bebés que murieron en poco tiempo sin que haya una causa natural que lo pudiera explicar.

Si bien el fiscal Raúl Garzón es el que hasta ahora ha acaparado la atención mediática, en realidad era en otra fiscalía donde se concentraba hasta el mediodía de este viernes la parte más importante de toda esta historia.

Todo se descubrió en la noche del 6 de junio último. Hasta entonces, las extrañas muertes en el Neonatal era algo que sólo el Ministerio de Salud sabía, sin dar participación a la Justicia. Esa noche, en una hora, tres bebés recién nacidos se descompensaron de un momento a otros. Tres criaturas que habían llegado a la vida tras un parto normal y sin ningún tipo de complicaciones.

María, la madre de una beba, denunció que apenas nació, una enfermera se llevó a la recién nacida. Cuando se la devolvió, ella la noto pálida y, sobre todo, advirtió las marcas de dos supuestos pinchazos en la espalda, donde se abría la bata. Con el correr de las horas, la niña se puso fría y se descompensó. La llevaron de urgencias a la unidad de terapia intensiva, donde sobrevivió. 

No tuvieron igual suerte otros dos bebés, que también habían nacido ese día y que se descompensaron casi al mismo tiempo. Ambos murieron y hoy los resultados de sus autopsias fueron pedidos en su momento por la fiscal Silvana Fernández. 

Si bien en un primer momento trascendió un supuesto exceso de potasio, el estudio lejos está de ser concluyente. Sucede que la mayoría de los cadáveres, a las horas de haberse producido el deceso, presentan más cantidad de potasio que la habitual, por un mecanismo biológico. Por eso es clave realizar un estudio complementario para medir si este exceso está dentro de los parámetros lógicos o si responde a otra cuestión externa.

La historia de la beba que sobrevivió deja al desnudo lo que estaba pasando en el Neonatal y que hasta entonces se había callado. Cuando la pasaron a terapia, una enfermera encaró a la madre y le preguntó si se le había caído. Tiene un hematoma grande, le dijo. Ese hematoma se hizo una enorme ampolla y una úlcera que hoy, dos meses después, aún impresiona. Los análisis indicaron que la beba tenía exceso de potasio, según contó su madre. "Buscá un abogado porque acá están pasando cosas raras", la alertó, aún en el hospital, un empleado. La mujer buscó a la abogada Daniela Morales Leanza y pugna para que su historia no vuelva a repetirse.

Esa noche, se terminó por destapar el horror en el Neonatal. Cuando el médico tuvo que firmar las actas de defunción de los dos bebés, se negó. "Algo no cierra", dijo y automáticamente empezó a abrir el camino de la verdad. Todo se judicializó y fue en la unidad judicial desde donde se emanaron las primeras señales de alerta. "Pinchazos", dijo un funcionario judicial y todos entendieron la gravedad del asunto. Esa misma noche, recuerdan en el Neonatal, el movimiento de las autoridades fue fuera de lo común.

La fiscal comenzó a investigar en silencio.

Un hermetismo que contrastó con la revelación de que en otra fiscalía se estaba trabajando una historia similar, pero con mucho mayor volumen, de manera paralela. Fue el fiscal Raúl Garzón quien el jueves comenzó a intentar explicar qué estaba sucediendo ante la lógica conmoción social que la trascendencia de esta noticia generó.

¿Por qué se abrió una segunda causa? En julio, cuando ya Fernández estaba investigando, llegó una persona que sería allegada al Neonatal y denunció en Tribunales que se estaban produciendo más muertes de bebés que lo que se supone "normal". La causa se sorteó y se indicó que fuera Garzón el que investigara, pese a que ya había una fiscal natural actuando. Fiscalía General avaló este doble comando, lo que generó todo un mar de suspicacias en Tribunales 2. 

Recién esta semana, Garzón ordenó secuestrar algunas historias clínicas. En conjunto con la Provincia, diagramó un universo de 13 casos sospechosos, desde marzo al 6 de junio. De este total, hay cinco muertes que fueron descriptas como "muy sospechosas". Pero Garzón no tenía ningún estudio forense, ya que no se realizaron autospsias hasta ahora en ninguno de los casos anteriores. 

En el mediodía de este viernes, la fiscal Fernández decidió girar todo lo que tenía a Garzón, para que este fiscal se quede en soledad con toda la investigación. La semana que viene comenzará un capítulo clave: en la Morge Judicial un grupo conformado de manera especial empezará a trabajar buscando una respuesta que a esta altura urge en medio de un impacto social que no deja de generar interrogantes de todo tipo.