Córdoba: quién es el ex empleado judicial detrás del arsenal

Daniel Gabriel Herrera, el hombre de 52 años que fue detenido el jueves a la noche en barrio General Urquiza, de la ciudad de Córdoba, acusado de tener un arsenal cuya procedencia y destino ahora intenta descifrar una fiscalía provincial.

Se trata del llamativo secuestro de una importante cantidad de armas y proyectiles, en el que se entremezclan armas de plomo y varias de gas, utilizadas en el juego conocido como "airsoft", que consiste en una simulación de un combate por equipos en el que se utilizan réplicas de armas reales.

Entre las armas "de plomo" que se le secuestraron en dos operativos que se realizaron en las últimas horas, aparecen una pistola Bersa nueve milímetros, una escopeta calibre 16, un máuser modelo Argentino 1981, tres revólveres calibre 22, un revólver calibre 32 y una pistola calibre 58.

Estas cinco ùltimas armas fueron entregadas a la Policía por una vecina de Herrera, quien dijo que días atrás el hombre le había pedido que le guardara un bolso en el que estaban los revólveres, la pistola y una importante cantidad de municiones.

Antes, en su domicilio de Ambrosio Funes 2245 (departamento G), donde Herrera fue detenido, se le había secuestrado la pistola Bersa, el máuser y la escopeta.

En ese mismo inmueble los policías de Coordinación de Brigadas Civiles hallaron ocho pistolas de airsoft, seis armas largas de airsoft y un revólver de airsoft, además de granadas de humos, chalecos y handies que suelen ser utilizados para este juego. Por lo general, el armamento para jugar airsoft se importa de Estados Unidos.

En el bolso que fue entregado por la vecina también había un cinto de cartuchos de fusil FAL con 50 municiones, dos granadas de mano con sus seguros colocados y dos proyectiles antiaéreos calibre 20 milímetros, según consta en el parte policial. Esto obligò a la intervención del Departamento Explosivos de la Policía.

De acuerdo a la investigación, el domingo último Herrera le había pedido a la vecina, que solía hacer tareas de limpieza en su casa, que le guardara un bolso tipo militar, ya que le dijo que le habían intentado robar.

El jueves a la noche, al ver el operativo policial, la mujer decidió acercarse y entregar el bolso a los policías. Al abrirlo, descubrieron las armas, las granadas y los proyectiles.

Herrera fue empleado de la Policía Judicial, donde estuvo en Huellas y Rastros, Balística, Fotografía y Planimetría. Este trabajo lo vinculó con las armas de manera directa.

Luego, tras una causa penal en la que estuvo detenido, fue a trabajar como supervisor en la empresa Crese y actualmente es empleado de una empresa de limpieza que estaría vinculada a las firmas de higiene urbana.

La historia judicial que llevó al allanamiento a Herrera nació días atrás, cuando un familiar directo del hombre ahora detenido tuvo una discusión de tránsito con otro automovilista. Este último denunció a un patrullero que en medio de ese intercambio de palabras, el otro conductor lo había amenazado con un arma de fuego, para luego irse del lugar. Y aportó la chapa patente. Con este dato, una hora después el móvil logró ubicar al auto denunciado y si bien no se halló un arma, sí se encontraron proyectiles calibre 22.

Ante esto, se decidió profundizar la investigación judicial para intentar establecer el origen de esos proyectiles y buscar el arma que el automovilista denunció haber visto. De esta manera, a raíz de los datos aportados, se decidió allanar a Herrera.

Ahora, la gran pregunta que rodea a la investigación apunta a establecer si se toparon con un coleccionista o con alguien que podría tener alguna vinculación delictiva.