Crudo relato de la mujer baleada por su pareja policía

"Estábamos los dos el jueves por la tarde en mi rotisería en Tanti. y empezó a enloquecerse porque no había muchas ventas. Mi nene de ocho años empezó a jugar en el piso y él le pegó un grito para que se levantara", empieza el testimonio de la mujer que se salvó de milagro.

Otra hija justó pasó por el local y se llevó al niño, mientras la tensión entre la pareja continuaba. "Me enojé porque yo nunca trato a sus hijos así. Luego cerramos y me dijo que no me suba al auto para volver a la casa y me trató de ''india''", recordó.

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El hombre se había mudado hace poco más de un mes y medio a la casa que alquilaba ella. Sin embargo, Esther llegó caminando y no pudo abrir las puertas porque estaban cerradas con las llaves colocadas.

"Golpeé con insistencia, me abrió enojado y le pedí que agarrara sus cosas y se vaya de la casa. Le advertí que si no lo hacía, lo iba a denunciar", continuó.

La mujer fue a la pieza y apareció su pareja, quien la agarró de los pelos, la tiró sobre la cama y le contestó que ''tenga cuidado porque no iba a andar con jodas''.

"No me deja salir de la habitación, se va a la cocina, trae una taza, la orina y me tira el líquido en la cara. Después agarra el arma reglamentaria, me apunta en la cabeza y gatilló dos veces. No le salieron los tiros", reveló.

El agresor la tomó del cuello, pone de nuevo el arma reglamentaria en la parte izquierda del cuello y dispara. Esta vez la bala salió e impactó cerca del de la oreja de la mujer.

"Salgo a la calle y empieza a gritar para pedir ayuda porque había sangre. Vino él, me pidió disculpas, me decía mi amor y me alzó en el auto. Estuvo dando vueltas media hora por el centro de Tanti a propósito, así que abrí la puerta para tirarme", añadió.

Finalmente, el policía la dejó en el dispensario y huyó a la casa. En tanto que ella perdió el conocimiento mientras era atendida. "Cuando tomo conciencia, otro agente me comentó que ya había sido detenido", declaró.

No obstante, el terror no terminó ese mismo jueves porque cuando estaba internada en el hospital Domingo Funes recibió una amenaza por teléfono de la voz de una mujer. "Me dijo que entregara las cosas o que me iba a cagar matando o a incendiar la casa", precisó.

Si bien Esther Villán recibió el alta el domingo, confesó que continúa en estado de shock y que se siente insegura pese a la custodia. "Era un policía que prestaba servicio en la unidad judicial de Violencia Familiar, nunca te vas a imaginar algo así. Ahora pido Justicia y que me dejen en paz, porque Dios me dio la oportunidad de seguir disfrutando de mis hijos", concluyó.

Informe de Tomás Villagra.