Revelación científica
28/05/2020 | 09:56 | Un estudio revela que los hombres y los animales no tenían necesidad de migrar en busca de otros terrenos hace 170 mil años. “No estaban compitiendo por los recursos”, explicó una investigadora.
La revista Quaternary Science Reviews reveló que hace unos 170 mil años existió un lugar en el que el ser humano vivía tranquilo, con recursos abundantes y todas sus necesidades cubiertas.
Esta especie de edén prehistórico ha sido bautizado como la llanura de Palaeo-Agulhas (PAP) y se ubicaba en una plataforma costera en Sudáfrica que hoy se encuentra sumergida bajo las aguas.
Los autores del trabajo dedicaron parte de su investigación a observar los patrones migratorios de antílopes en Pinnacle Point, una zona de cuevas en la costa moderna de Sudáfrica.
“Durante los ciclos glaciares, la plataforma costera habría quedado expuesta”, explica Jamie Hodgkins, profesora de Antropología en la Universidad de Denver Colorado y coautora del trabajo.
“De esta forma, habría habido una buena extensión de terreno frente a las cuevas, y pensamos que era probable que humanos y otros carnívoros hubieran aprovechado la migración de los herbívoros para obtener caza abundante”.
Para estudiar los patrones migratorios del pasado, el equipo de Hodgkings estudió los isótopos de carbono y oxígeno del esmalte dental de varios grandes herbívoros de la época, usando a un tipo de antílope actual, perteneciente al género Redunca, como grupo control.
La base de este análisis radica en que, en general, en los ambientes más húmedos y fríos hay más abundancia de plantas C3 y en los más secos hay más plantas C4 (se clasifican así en función de la ruta metabólica a través de la cual hacen la fotosíntesis, y que deja una proporción de isótopos de carbono distinta).
Si los animales estuvieran migrando en función de los patrones de lluvia, yendo hacia el este durante las lluvias de verano (pastos C4) y al oeste siguiendo las lluvias de invierno (pastos C3), su esmalte dental estaría registrando dichos movimientos y cambios de alimentación.
Pero los resultados revelaron que muchas de las especies estudiadas para este periodo y que en la actualidad son típicamente migratorias, como por ejemplo los ñus, mostraban una ausencia de patrones de movimiento claros. La mayoría de los animales parecían felices donde estaban, sin necesidad de moverse de un sitio a otro. “No estaban compitiendo por los recursos”, explica Hodgkins.
"Durante los periodos interglaciares, cuando la costa se acercaba a las cuevas, los humanos podían obtener marisco y otros recursos del mar, y durante la época glaciar, cuando la costa se expandía, los cazadores tenían acceso a una gran variedad de presas terrestres. Con todos esos herbívoros deambulando por ahí, los cazadores no tenían por qué moverse tanto”, detalló.
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