Balance de homicidios en Córdoba en 2024: un asesinato cada tres días

Homicidio en Córdoba

En 2024, en Córdoba hubo un asesinato cada tres días

01/01/2025 | 18:00

Se registraron 116 crímenes en toda la provincia, una cifra que supera a la de 2023, según la base de datos propia de Cadena 3.

Redacción Cadena 3

Juan Federico

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Balance de homicidios en Córdoba en 2024: un asesinato cada tres días

Varones jóvenes, a los tiros, enfrentándose con conocidos por alguna disputa territorial. De esta manera se puede resumir la principal causa de homicidios en la provincia de Córdoba durante 2024. Una radiografía que continúa la tendencia detectada en los últimos años.

De acuerdo a un relevamiento propio de Cadena 3, durante el año pasado se registraron 116 homicidios en todo el mapa cordobés: 57 en la ciudad de Córdoba y 59 en el interior. Traducido: un asesinato cada tres días. La cifra representa un incremento con respecto a los al menos 102 asesinatos anotados en 2023. 

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El dato surge de una estadística propia que elabora Cadena 3 con el objetivo de generar información pública que contribuya al debate social sobre los flagelos urbanos. Cada homicidio es analizado a través de múltiples variables a partir de los datos recogidos gracias a una importante gama de fuentes judiciales, policiales, médicas y forenses y en los barrios en los que ocurren estos casos. 

Estos crímenes revelan cómo la violencia emerge en los barrios de la provincia. Por lo general, tanto las víctimas como los victimarios son menores de 40 años y suelen vivir en un mismo radio, con no más de 20 cuadras de diferencia.

De acuerdo a los datos analizados, se advierte que en 2024 hubo 56 asesinatos englobados en esta categoría de violencia urbana: ajustes de cuentas, riñas y disputas territoriales, en muchos casos enmarcadas por el comercio de drogas.

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La segunda causa de muerte violenta fue la violencia doméstica, aquella que sucede en el interior del hogar. Cuando la propia casa termina por convertirse en una trampa mortal. En total, hubo 31 casos de este tipo. Dentro de esta categoría, se incluyen los 12 femicidios directos que hubo en la provincia, además del caso de un niño asesinado por su padre con el objetivo de hacer sufrir a la mamá, lo que se denomina un femicidio indirecto.

Dentro de la amplia gama de homicidios enmarcados como violencia doméstica aparecen tres casos que interpelaron de manera directa al rol del Estado.

El asesinato de Susana Montoya a manos de su hijo Fernando Albareda, según entiende el fiscal Juan Pablo Klinger, estuvo motivado por la codicia del supuesto homicida para quedarse con el cobro de una indemnización millonaria que la Provincia le iba a otorgar a la familia por la desaparición del exmarido de Susana, el policía Ricardo Fermín Albareda, durante la última dictadura militar. Al conocerse que la Provincia le iba a dar más der 76 millones de pesos en el marco de una "reparación histórica de legajo", se generó una polémica sobre si correspondía o no este pago, ya que la familia ya había recibido una indemnización similar por parte de la Nación.

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En tanto, el crimen de la pequeña Aralí Vivas (8) en la ciudad de Brinkmann, puso una enorme lupa sobre la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) y la Justicia de Menores. Aralí, según entiende la investigación, fue abusada, asesinada y luego quemada dentro de su casa. 

La niña y sus hermanitos más chicos habían sido objeto de múltiples intervenciones oficiales por la vulnerabilidad en la que vivían en la casa. Pese a que los hermanos más chicos de Aralí habían sido separados durante algunos meses, un informe de la Senaf permitió que la jueza ordenara revincularlos con sus padres, por lo que todos regresaron a vivir juntos dentro de la casa donde el 2 de noviembre Aralí fue asesinada. Un hogar donde sobraban la droga y las carencias, según se reveló después del crimen.

La fiscalía sostiene que fueron el padrastro, Ezequiel Matías Simeone, y un amigo de este, Cristian Hernán Varela, quienes abusaron y mataron a la niña, mientras que la madre, Rocío Milagros Rauch, también fue acusada por no haber evitado que el crimen se produjera.

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El 10 de diciembre último, además, Jésica Domínguez (35) fue asesinada a puñaladas por su expareja, Ezquiel Suárez, quien prófugo de la Justicia logró colarse en el domicilio de la mujer, en barrio Villa Boedo, de la ciudad de Córdoba, pese a que en teoría debía haber una guardia policial permanente. Tras matarla, se quitó la vida.

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Fue la hija más grande de la pareja, una niña de 13 años, quien descubrió el espanto cuando volvió del colegio e ingresó en la casa. Hoy, la familia de Jésica eleva un doble reclamo. Piden que se investigue por qué falló la protección de Jésica, pese a que había una orden judicial en ese sentido. Al respecto, a fines del año pasado, el fiscal Anticorrupción Matías Bornancini resolvió imputar al policía Maximiliano Ponce, quien debía haber estado en la puerta de esa casa. Y, al mismo tiempo, los familiares están solicitando alguna medida de contención y de ayuda psicológica para las dos hijas de la pareja, que quedaron huérfanas.

Los 12 femicidios anotados en la provincia durante 2024 sucedieron en Calchín, Villa del Rosario, Cruz del Eje, Alta Gracia, el paraje Juan García, Saturnino María Laspiur, Villa María, La Para y en los barrios cordobeses de General Paz, Los Álamos, Villa Boedo y Jardín. En este último caso, Catalina Gutiérrez (21) murió a manos de un amigo, Néstor Aguilar Soto (21). Se trata del único femicidio en el que no había un vínculo de pareja previo.

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En cuanto a la inseguridad, que es el principal reclamo ciudadano de acuerdo a las encuestas públicas que se manejan en Córdoba, en 2024 hubo 26 asesinatos en ocasión de robo. En nueve casos, fallecieron los presuntos delincuentes, por lo que se entiende que fueron 17 las víctimas directas que murieron en el marco de asaltos.

En los crímenes de Sebastián Villarreal, en barrio Yofre Norte de la ciudad de Córdoba, y del remisero Facundo Pereyra, en Río Cuarto, sobresalió la participación de menores de 16 años, inimputables. 

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En ese sentido, cabe destacar que durante 2024 se advirtió un aumento de la participación de menores de 16 años en graves episodios de inseguridad, lo que provocó un debate social y político sobre la edad de imputabilidad y, también, sobre los mecanismos que la Justicia de Menores y la Senaf emplean al momento de abordar este tipo de casos.

Al menos 11 menores de 18 años fueron acusados por participar en diversos homicidios. Si a esta cifra se le agregan los otros acusados menores de 30 años, surge que durante 2024 fue muy alta la participación de jóvenes como victimarios, lo que revela otro aspecto del delito en Córdoba: la incorporación de nuevas generaciones a este entramado.

En ese sentido, fiscales y jueces de Control de los Tribunales de Córdoba vienen alertando que en la enorme mayoría de los casos asoma el contacto con las drogas. Nueve de cada 10 acusados aseguran ser consumidores de alguna sustancia tóxica, apareciendo el "pipazo" en cada vez mayor proporción.

De acuerdo a la estadística que elabora Cadena 3, estos 116 homicidios anotados en 2024 representan la cifra más alta desde 2020 a esta parte, cuando se registraron 121 crímenes. 

En este punto, conviene hacer una salvedad: semanas atrás, la Provincia le envió un informe estadístico a la Nación en el que se consignó que en 2023 hubo 116 asesinatos, pero no se disgregaron los casos con nombre y apellido para poder analizarlos. De acuerdo a nuestra propia base de datos, en 2023 se registraron al menos 102 crímenes.

De 2009 hasta ahora, el promedio histórico es de 119 asesinatos por año.

La tasa de homicidios en Córdoba es de 2,9 crímenes cada 100 mil habitantes, lo que ubica a la provincia dentro de las menos violentas del país. 

Una comparación que siempre se realiza es con la provincia de Santa Fe, que tiene a Rosario como un centro problemático en ese sentido. En 2024, mediante la intervención directa de la Nación, se registró un descenso histórico de los niveles de criminalidad en esa ciudad. En toda la provincia de Santa Fe contabilizaba 176 homicidios, que, si bien continúa siendo un número alto, supone un notable descenso con respecto a los 398 asesinatos contabilizados en 2023: un 55,8 por ciento menos.

Según la estadística oficial, en Santa Fe se anotó una tasa de 4,83 homicidios cada 100 mil habitantes, la más baja de la última década: descendió tres veces en relación a la de 2014, que fue de 13,74, lo que puso a Rosario y a la provincia entre las peores marcas de la región.

En 2024 hubo 90 asesinatos en la ciudad de Rosario y 35 en la Capital santafesina.

Y, por último, un dato no menor: al menos en el 90 por ciento de los 116 asesinatos ocurridos en Córdoba en 2024, hay un sospechoso detenido.

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