Estudiantes desafían a Alberto Fernández a debatir en la UBA

En medio del escándalo por el plan de vacunación contra el coronavirus, que le costó el cargo al ex ministro de Salud, Ginés González García, el presidente Alberto Fernández, aseguró que no existe ningún tipo penal para atribuirle un delito a una persona que se adelantó en la fila.

“No existe ese delito y no se puede construir”, afirmó.

En este marco, desde la Facultad de Derecho de la UBA, donde el Presidente es profesor desde 1985, lo desafiaron a debatir sobre el tema.

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“¿Se anima a decir en un aula de la Facultad de Derecho lo que declaró en México? El Vacunatorio VIP es delito”, lo insta un comunicado de los universitarios agrupados en Franja Morada.

“Nos dirigimos a Ud. como estudiantes de la Facultad de Derecho de la UBA -en la cual usted enseña la materia Teoría del Delito- y como militantes de la Franja Morada, para formularle una pregunta concreta: ¿Se anima a decir en un aula de nuestra Facultad lo que declaró a la prensa en México?”, señala la invitación.

Y agrega: “Bien sabe que si llegara a decir eso en un aula de nuestra Facultad cualquier alumno de primer o segundo año le diría que podría aplicarse, como mínimo y entre otras figuras, la de abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público, tráfico de influencias y/o malversación de fondos públicos (art. 248 y subsiguientes del Código Penal). Mentir así no resulta digno de un profesor de una de las facultades de Derecho más importantes del continente”.

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“¿Por qué negar lo innegable? Deje que la Justicia -tan arbitrariamente castigada por su espacio político - haga su trabajo”, plantean.

En esa línea le reclaman al Gobierno “ser mejores” porque “prometieron hacerlo” y los cuestionan por creerse “dueños del estado” y actuar “descaradamente como una oligarquía privilegiada”.

El comunicado también convocan “a la reflexión” a La Cámpora, La Centeno y “las agrupaciones ultrakirchneristas” de la facultad para que “la defensa de determinado gobierno no les nuble la empatía frente a una sociedad tan necesitada de transparencia”.

“Que el deseo de mantener sus privilegios no les haga mantener un silencio cómplice frente al sufrimiento de un pueblo ya saqueado por la corrupción de su gobierno”, concluye.