Donación de órganos
29/11/2019 | 17:56 | La esposa del periodista Juan Pablo Estela visitó los estudios de Cadena 3 tras superar una cirugía de alto riesgo en octubre pasado. "Sentí la presencia del Cura Brochero", dijo "Lalito".
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Lorena Cervellini en los estudios de Cadena 3.
Lorena Cervellini, esposa del periodista de Cadena 3 Juan Pablo Estela, visitó los estudios de Viva la Radio luego de recibir en octubre pasado un trasplante de corazón que desafió a los médicos y a la ciencia.
“Estoy sorprendida por la difusión, nunca imaginé que cuando despertara del trasplante todo el mundo iba a preguntar cómo estaba”, contó “Lalito”, de 44 años y madre de dos hijos.
Comentó, además, una particularidad: “Cuando entré en lista de espera, una noche por mayo o junio, me desperté y me puse a escribir un cuento, nunca había escrito nada, es la historia que nos representa a mí y a Juan Pablo, y Chumbi me hizo los dibujos”.
“La idea es ir a las escuelas para que los chicos lleven el tema del trasplante a la familia, es como un disparador, con la intención de sembrar conciencia de lo importante que es donar órganos”, resaltó.
Por otra parte, confesó que durante las dos semanas posteriores al trasplante, mientras estaba sedada sintió la presencia del santo Cura Brochero: “En ningún momento tuve miedo, sentí tranquilidad y paz; esa energía me estuvo acompañando”.
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Un desafío para la medicina
Guillermo Paladini (M.P.: 22180), el médico que encabezó el equipo del Hospital Privado de Córdoba que realizó el trasplante, relató: “Siempre nos hemos sentido muy cerca de Lorena, la conocemos hace 11 años, la operamos en 2008 y a partir de ahí estuvimos en contacto”.
“Esa función cardíaca que tenía se fue deteriorando a lo largo del tiempo e hizo que nos encontráramos en una situación muy similar, o quizás peor, que hace 10 años”, continuó.
Asimismo, precisó: “Ella tenía una fibrodisplasia de ventrículo derecho, que es una patología propia del músculo cardíaco que provoca arritmias y, de hecho, Lorena tuvo un episodio de muerte súbita (año 2002), fue reanimada y se hizo el diagnóstico”.
“Cuando falló su corazón derecho le hicimos un bypass, la cirugía de Fontan (que se usa en pediatría), en que salteamos la mitad de corazón, ella estuvo 10 años sólo con el sector izquierdo del corazón trabajando; y cuando se agotó entramos en una situación crítica, sin vuelta atrás”, describió.
Contando las horas para poder vivir
“La teníamos en el listado del Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) hace muchos años, el deterioro en los últimos meses fue significativo, tanto que la pusimos en emergencia nacional”, narró Paladini.
La condición inmunológica y la cirugía previa hacían que conseguir un corazón adecuado se convirtiera en un desafío médico muy grande.
“Al no llegar el órgano y al deteriorarse ella, la colocamos en una máquina de asistencia circulatoria que se llama Ecmo, conectamos todo su sistema circulatorio a una máquina que hacía de corazón y de pulmón fuera del organismo”, explicó.
Y precisó: “La tuvimos que anestesiar y mantener dormida durante ocho días; eso nos permitió mantenerla en condiciones físicas para afrontar un eventual trasplante”.
Un hasta luego o un adiós
Juan Pablo Estela narró los momentos previos a que Lorena fuera colocada en el Ecmo, sin saber si él y sus hijos, Nicolás y Tomás, volverían a verla.
“Un viernes los médicos me convocaron y me dijeron que ‘Lalito’ no pasaba el fin de semana, me explicaron qué era el Ecmo y me pidieron que autorizara eso”, recordó.
Y prosiguió: “Luego nos tocó el momento más duro, nos invitaron a que pasáramos a despedirnos, o no la veíamos viva nunca más o hasta que ella despertara del trasplante”.
La ciencia, la perseverancia, la concientización sobre la donación de órganos y la fe hicieron que esa despedida fuera un hasta luego, y que en el pecho de Lorena hoy lata el corazón de alguien que la cuidará desde otro lugar.
Entrevista de Rony Vargas.