Conmoción en Carlos Paz
09/11/2021 | 15:46 | La nena, de 12 años, se encuentra finalizando sexto grado en una escuela de la villa serrana. La pequeña sufre ataques de pánico. La madre asegura que los directivos "se lavaron las manos".
Una nena de 12 años que asiste a sexto grado en una escuela de Carlos Paz decidió escribirle una carta a su mamá para contarle que desde hace casi un año es víctima de acoso escolar por parte de algunos compañeros.
Según declaraciones de la madre a medios locales, es tal la pesadilla que vive la pequeña que sufre ataques de pánico.
La mujer asegura, además, que las docentes y autoridades de la institución están al tanto de la situación, pero que “no dieron ningún tipo de respuesta para hacer frente a la problemática y solucionarla definitivamente”.
“Le dejan mensajes intimidantes en distintas partes de la escuela, la insultan en forma permanente, se burlan de ella cuando presenta un trabajo en clase, la dejan afuera de las actividades escolares y extraescolares”, relató la angustiada madre.
“No le permitieron ir a un campamento que organizó todo el grupo por dos nenes que ejercen bullying sobre ella, logrando el silencio y el consentimiento del resto“, agregó.
Según explicó, su hija sufre de desgano, llantos constantes y dolores físicos y psíquicos, entre otros.
“Durante el año estuve haciendo reclamos en la escuela por las cosas que me contaba mi hija por lo que le hacían”, contó, en declaraciones a Carlos Paz Vivo.
Siempre según el relato de la madre, los primeros síntomas de la niña se presentaron cuando no quiso ir más a la escuela.
“Empecé a sospechar que algo raro estaba pasando. Empezó a somatizar la angustia. Cada vez que tenía que ir al colegio tenía vómitos, fiebre, etc. La llevamos al médico y ella estaba bien en lo físico”, comentó.
“Después de las vacaciones de invierno, S. comenzó a tener ataques de pánico. Fue algo espantoso; nunca me imaginé que mi hija, tan chiquita, podía pasar por eso. Además, llegaba de la escuela y le daban ataques de llanto muy fuertes. Me llegó a escribir cartas donde manifestaba su estado de ánimo y en una ocasión me dijo que no quería seguir viviendo”, admitió.
La madre sostuvo, además, que después de cada uno de esos episodios, le contó y brindó testimonios de lo que le pasaba a su hija a la directora de la institución y a la maestra.
“Tanto la maestra del grado como la directora tienen los videos, las cartas, toda la información. Hemos quedado en hacer un acta, pero la directora terminó diciendo que era quizás mejor no llamar a los padres de estos nenes, porque iba a ser peor, pero ellos tendrían que haber tomado una medida al respecto”, detalló.
“La directora está al tanto de todo. En una oportunidad, argumentó que no se puede poner de un lado o del otro, que a ella le llegan diferentes versiones de los padres y que no puede hacer nada. Además, dijo que le llama la atención que no soy constante en mis pedidos, que a veces digo que la cosa mejora, pero esto no puede seguir así”, agregó.
Y continuó: “Muchos padres son sumisos, otros hablaron conmigo para mostrarme su apoyo, pero el acoso no se termina”.
Según la mujer, el origen del conflicto comenzó cuando ella salió de un grupo del curso de su hija por tener diferencias con dos mujeres, que son las madres de los niños que ejercen bulliyng sobre su hija.
“Con la mamá de uno de estos niños hemos tenido diferencias, ella no lo tomó bien y yo decidí retirarme, porque no quise involucrarme en situaciones de violencia. Por eso me fui y creo que desde ahí todo fue para peor”, recordó.
La mujer decidió contar públicamente la situación que vive su hija en la escuela cuando se enteró que a fin de año el curso de su hija había organizado un campamento para cerrar el ciclo. Su hija fue la única excluida.
“Me enteré hace una semana de este campamento, porque la seño del curso habló del tema y también algunas amigas de mi hija”, relató la mujer.
“Empiezo a ver la forma de averiguar, de pagar, de ver la posibilidad de que mi hija asista para que también pueda participar y me comuniqué con los dueños y trabajadores del lugar, para sumarla, ya que ella se sentía mejor, tenía ganas de ir”, detalló.
“Lamentablemente, me respondieron que no podían dejar que ella participe a pedido de dos madres del grupo, y que el contrato para el campamento ya estaba firmado. No se podía sumarla porque no toman reservas individuales. Si no había autorización de esas mamás, mi hija no podía ir, por lo tanto, la dejaron afuera”, lamentó.
“Me comuniqué con las madres para pedirles que le permitan asistir al campamento y me bloquearon de sus celulares, sin motivo alguno ni explicación. Hoy mi hija está angustiada en su casa, sin posibilidades de disfrutar con sus compañeros. Está muy triste y deprimida por no poder compartir este momento especial”, agregó.
Según la madre, la institución “se lavó las manos luego de este episodio”.
“El acta que pedí firmar para que quede todo el registro de la situación no la pude firmar por distintos motivos. Tampoco se acercó a mí alguien de Inspectoría de la escuela. Mientras tanto, mi hija está con terapia psicológica y una situación de vida muy fea, que tal vez sea irreparable para sus recuerdos el día de mañana”, finalizó.
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