Más de 70 mil personas celebraron a San Roque en Villa de Soto

Como en cada agosto, desde hace más de 250 años una multitud se encargó de darle el marco y la profundidad tradicional a la fiesta en honor de San Roque en la ciudad de Villa de Soto, en el norte de Córdoba.

Mezcla de leyenda e historia es la razón por la que el santo francés famoso por sus milagros y su perro se celebra en Villa de Soto los 18 de agosto en lugar del 16, día de la fiesta litúrgica.

Más de 70 mil personas celebraron a San Roque en Villa de Soto.

También forma parte del folclore el color del hábito que embellece la imagen más que centenaria del santo nacido en Montpellier, que enfermó de peste al ayudar a sus vecinos y que terminó con una fiebre letal, también milagrosamente, durante la primera mitad del siglo 20.

Lo cierto es que cada 18 de agosto, sin importar el día de la semana en que caiga, miles de peregrinos llegados de localidades cordobesas y de las provincias vecinas dan el marco de una fiesta que, aunque religiosa, renueva la esperanza al pedir por salud, trabajo y paz por parte de quienes tienen en común la confianza en Dios y la carencia de medios.

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Durante la jornada, el párroco David Silva junto a sus colaboradores se encargaron de ofrecer lo necesario desde lo espiritual como así también las autoridades institucionales de aportar la logística para que el encuentro multitudinario sea lo que siempre fue: una fiesta.

Con celebraciones de misa cada una hora desde las siete de la mañana, fue a las 16 cuando se llevaron a cabo las funciones patronales: misa y procesión con el Santo Patrono San Roque.

Encabezada por el obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya, y acompañado por una veintena de sacerdotes y diáconos, la procesión animada con cantos tradicionales y oraciones enseñadas de generación en generación, llenó el ambiente de fe, emoción y la profunda simpleza de la gente de a pie, que vive el día a día para ganar el pan con trabajo y honestidad.

"Quiero felicitar a todos, hermoso pueblo de Dios, porque desde los niños hasta los abuelos han rezado duro durante esta larga pandemia. Felicitarlos y agradecerles porque en estos años difíciles han hecho crecer la solidaridad con familiares y amigos, con cercanos y desconocidos", resaltó el obispo en su homilía durante la misa central.

Obispo de Cruz del Eje, Monseñor Ricardo Araya.

Monseñor Araya, agregó: "Ojalá que los servidores del altar sepamos valorar y hacer crecer desde su naturaleza este gusto espiritual de ser pueblo, con su inapagable fervor, con su capacidad de hacer fiesta en medio de la lucha por el pan y en trabajo.

Ojalá que nuestros gobernantes y los demás actores sociales la respeten y la acompañen responsablemente. Que nadie saque ventajas interesadas de esta expresión de espiritualidad popular".

Una nueva oportunidad de esperanza y esfuerzo fue lo que se vivió tras los años de pandemia en Villa de Soto, donde más de setenta mil personas animaron la fiesta patronal en honor a San Roque.