Día de Lucha contra el Sida
30/11/2019 | 22:00 | Sofía Gauchat, coordinadora del Área de Salud Mental de Fundación Rosas, dijo a Cadena 3 que si bien hubo cambios desde la “peste rosa” de los ’80, el paciente con VIH sigue silenciando su condición.
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Gauchat: "Es importante respetar al paciente en sus tiempos y en sus decisiones".
La magister Sofía Gauchat (M.P.: 5742), coordinadora del Área de Salud Mental de Fundación Rosas de Córdoba, señaló que “si bien hoy en día hay mucha información, la persona que recibe el diagnóstico de VIH continúa silenciando su situación”.
“La estigmatización aún sigue presente a diferencia de otras enfermedades que son más fácil de incorporar como algo que nos pasa, y poder nombrarlo también implica un nivel de aceptación personal y con el VIH no aparece fácilmente”, apuntó Gauchat en diálogo con Cadena 3.
A propósito de esto, indicó: “Quiero remarcar la capacidad constructiva que tenemos sobre la realidad que percibimos y en función de eso operamos, y en los cambios sociales se ve, desde aquella ‘peste rosa’ de los ‘80 a la epidemia de los homosexuales, adictos, transfundidos, a la actual percepción de una infección crónica que nos afecta a todos, donde nadie está excluido y que se refleja en la famosa frase ‘Todos somos iguales ante el VIH’”.
Fundación Rosas es una entidad sin fines de lucro que tiene como objetivo promover la investigación, prevención, el tratamiento, y la cura de infecciones de transmisión sexual y del VIH específicamente.
El equipo de profesionales voluntarios brinda la atención y la contención necesaria a todas las personas que convivan con una infección y realiza acciones de extensión a la comunidad referidas al cuidado de la salud.
El impacto del diagnóstico
En el Área de Salud Mental de la Fundación Rosas se ponen en práctica diversas modalidades: terapia individual, terapia de pareja, vincular, familiar y grupal. “Se trabaja con afrontar ese diagnóstico desde un sentido lo más positivo posible”, sostuvo Gauchat.
Y al respecto describió: “La terapia de grupo tiene una fuerte impronta en Córdoba y consideramos que es un espacio óptimo para el abordaje de la problemática del VIH. Los grupos fueron pensados para pacientes que conviven con el virus pero también se presentó la posibilidad de conformar grupos de familiares y parejas de estas personas, ya que las vivencias son diferentes si nos afecta directa o indirectamente”.
Asimismo, explicó: “A nivel familiar suele haber una instancia de silenciamiento, se le suele compartir al pariente de mayor cercanía, estas situaciones implican una crisis en la familia, pero la idea es poder generar los espacios necesarios de apoyo y contención, brindar una mirada positiva”.
“También creo que el diagnóstico es un impacto fuerte no sólo para el paciente sino para la familia, por eso es importante poder contener, acompañar, informarse, respetar al paciente en sus tiempos, en sus decisiones, no contar el diagnóstico a otras personas sin su consentimiento y respetar su privacidad”, subrayó.
En el mismo sentido, amplió: “El diagnóstico genera cambios en la vida emocional, cotidiana y psíquica de la persona, lleva un tiempo de elaboración del duelo, de aceptación, de aprender a comprender”.
Aceptar y seguir adelante
“Si la persona adhiere correctamente al tratamiento puede vivir plenamente y continuar con sus proyectos incluso previos al diagnóstico. La adherencia al tratamiento es acomodar la cotidianidad a los controles médicos, a la toma de medicación, a realizarse los estudios indicados y los cuidados que el paciente debe tener consigo mismo”, afirmó.
Sobre este punto, Gauchat destacó: “Vemos en muchos pacientes que a partir del diagnóstico tienen una mejor calidad de vida en cuanto a la alimentación, el registro de su propio cuerpo, y la salud física y emocional”.
Ante un diagnóstico de VIH la especialista recomendó: “Lo más importante es informarse con un profesional idóneo, un médico infectólogo, que pueda describir en qué consiste esta enfermedad; luego vendrán otros momentos que tienen que ver con un espacio terapéutico”.
Informe de Débora Loza. Producción multimedia de Fátima Varela.