Un accidente lo dejó sin trabajo; hoy es plomero, gasista y piensa estudiar más

La Escuela de Oficios de la Universidad Nacional de Córdoba ofrece oportunidades laborales a quienes buscan capacitarse en diversas áreas. Tal es el caso de Pablo Córdoba, un cordobés de 46 años que transformó su vida a través de la educación. 

Pablo comenzó su trayectoria laboral en la repostería, pero un accidente en su trabajo en obras viales lo llevó a replantearse su futuro. 

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"Dejé el rubro repostería y me dediqué a lo que es gas y plomería", contó. 

Tras su accidente, decidió inscribirse en la Escuela de Oficios y se graduó como gasista matriculado, además de formarse como plomero. 

"La Escuela de Oficios me dio mi título y mi matrícula de gas", afirmó Pablo, quien además destacó la calidad de la enseñanza que recibió: "Los profesores son muy buenos, por lo menos en mi experiencia". 

En total, Pablo realizó varios cursos, incluyendo gasista matriculado, gasista domiciliario y plomería sanitaria. Estudió durante nueve meses para el primer curso y dos meses para el segundo.  

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"Hoy vivo de esto", asegura, y añade que se puede "vivir bien" en este ámbito laboral, siempre y cuando se tenga "entusiasmo, energía y ser positivo en las cosas".

Pablo no planea detenerse en su formación. "El año que viene quiero hacer electricista", comentó. Además, planea estudiar construcción en seco, un área en crecimiento. "Cuando haces la Escuela de Oficios te abren mucho la mente", reflexiona.

La Escuela de Oficios no solo brinda capacitación, sino que también ofrece materiales de forma gratuita, lo que representa una oportunidad valiosa para quienes buscan una salida laboral en oficios muy demandados. La historia de Pablo Córdoba es un claro ejemplo de cómo la educación puede cambiar vidas y abrir puertas en el mundo laboral. 

Informe de Celeste Benecchi.